Barinas (Dimas J. Medina) A propósito de los 68 años que este miércoles 17 de abril, celebra nuestro Luisito Aparicio de su debut en el béisbol de las grandes ligas, sabían ustedes que antes de deslumbrar en el mejor béisbol del mundo, el hijo de “El Grande de Maracaibo” había utilizado el número 38 en su camiseta.
Sí, señores. Ese mismo número fue el primero que utilizó Luis Aparicio Montiel, tal como nos recordó hace dos años Nelson Manuel Aparicio Llorente, el hijo menor del Salón de la Fama.
Nelson Aparicio no solo habló sobre el mítico número 11 de su padre, sino también sobre algunas coincidencias numéricas alrededor de este emblemático número que marcaron a don Luis Ernesto Aparicio durante su larga carrera de pelotero profesional.
Si bien, el memorable debut de Aparicio, con el cual su padre “El Grande de Maracaibo” entregaría su guante, se produjo un día después, ya que el 17 de noviembre de 1953 cayó un aguacero sobre Maracaibo, que obligó a posponer el juego para el siguiente día, Luis Aparicio exhibió el número 38 en su espalda.
El día más grande de los zulianos, el 18 de noviembre, Luis Aparicio debutó en 1953, defendiendo el short stop del equipo de su padre, “Gavilanes”.
Ese día, lo primero que recibió “El Junior” de su padre no fue precisamente su guante, ya que su equipo “Gavilanes” que actuó como visitante en el viejo estadio Olímpico (hoy Alejandro Borges), tomó el bate, por ser precisamente el primero en el line-up.
El partido quedó 7 carreras por 4 a favor de Pastora y, de este resultado podríamos agregar también otras coincidencias, no asomadas por Nelson Aparicio alrededor del número 11 con el cual brilló su padre Luis Aparicio. La sumatoria de 7 y 4, da 11.
Pero antes de adentrarnos a esas coincidencias numéricas alrededor del célebre 11, para algunos, cabalísticas, es importante recordar que durante los dos años que Aparicio jugó en las menores con las Medias Blancas de Chicago, Aparicio utilizó el número 1.
En 1956 cuando es llamado al equipo grande, Aparicio quiso utilizar el número 1, pero ese ya estaba ocupado por otro pelotero de Chicago. Optó entonces, por utilizar el 17 que en la anterior campaña había utilizado su compatriota Alfonso “Chico” Carrasquel antes de ser cambiado a los Indios de Cleveland, pero también estaba ocupado.
Fue entonces cuando el encargado del club house, le recomendó a Luis Aparicio que utilizara el 11, por la suerte que le había traído el 1 en su breve pasantía por las menores.
COINCIDENCIAS
Así como el 38, primer número que utilizó Aparicio con Gavilanes, a decir de su hijo Nelson Aparicio, cuya sumatoria de los dos dígitos, dan 11, hay otras coincidencias que marcaron la carrera del hoy miembro del Salón de la Fama.
Recuerda Nelson que su padre se retiró oficialmente del béisbol en la primera de 1974, cuando no pudo quedarse en el equipo grande de las Medias Rojas de Boston.
“Si sumamos los dos dígitos de aquel año 74, nos da 11 nuevamente”, señala
Igualmente tomó como coincidencia el año del ingreso de su padre al Salón de la Fama en 1984.
Explicó que para ser elegible al templo de los inmortales del béisbol, hay que esperar 5 años. En 1979 su padre apareció por primera vez en las boletas de los cronistas y debió esperar 6 años para que fuese electo miembro del Salón de la Fama en 1.984.
“Si sumamos nuevamente los 5 años para ser elegible y los 6 años que duró para ser electo, también nos da 11”.
Otro dato cabalístico o curioso de ese inmortal 11, es la suma de los dos nombres de Aparicio: Luis Ernesto.
Un detalle curioso, que no asomó Nelson Aparicio, es la fecha del matrimonio de sus padres, el 2 de septiembre de 1956 en los Estados Unidos.
Luis Aparicio conoció a Sonia Llorente, una hermosa joven de Puerto Rico el 13 de junio de 1956, cuando Chicago fue a jugar una serie de cuatro juegos a Nueva York.
Se conocieron en un restaurant de comida mexicana llamado “El Rancho Grande”, propiedad del ex boxeador Patsy Alvarez.
Dos meses después, el 2 de septiembre, estaban casándose. Y la coincidencia de aquella fecha, es que la sumatoria del día 2 con el mes 9, también da 11, igual que la sumatoria de los dígitos del año en que Luis y Sonia sellaron su boda, 56.
De manera pues, que no sabemos si la escogencia del 11 de noviembre para celebrar el Día de Luis Aparicio en Maracaibo, institucionalizado por el Parlamento zuliano desde 2009, haya sido también producto de esas raras coincidencias, tomando en cuenta que noviembre, representa el mes número 11 del calendario.
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