
En los últimos años, la alta incidencia de accidentes de tránsito donde se ven involucradas motocicletas ha dejado una estela de dolor y luto en miles de familias a lo largo y ancho del país. Esta problemática no solo representa una crisis de seguridad vial, sino también un desafío social que exige acciones inmediatas y contundentes. Es imperativo, urgente, ya…., abordar las causas de raíz de este flagelo, comenzando por la venta ilegal de licencias y certificados médicos, la regulación de la venta de motocicletas y la necesidad de una cultura de respeto a las leyes de tránsito.
Uno de los principales problemas que alimenta esta crisis es la corrupción en la emisión de licencias y certificados médicos. Si bien la mayoría de los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) son hombres y mujeres honestos que cumplen con su deber, existe un grupo minoritario que, de manera inescrupulosa, comercializa estos documentos. Este pequeño pero peligroso grupo pone en riesgo la vida de todos los ciudadanos, permitiendo que personas no capacitadas o médicamente no aptas conduzcan motocicletas. La solución comienza por erradicar esta práctica ilegal, fortaleciendo los controles internos y sancionando severamente a quienes participen en estas actividades ilícitas.
Otro aspecto crítico es la venta descontrolada de motocicletas, muchas de las cuales terminan en manos de adolescentes menores de edad. Estos jóvenes, sin la madurez ni la experiencia necesaria, se convierten en un peligro para sí mismos y para los demás. Es urgente regular este proceso, asegurándose de que la venta de motocicletas cumpla con todos los requisitos legales y que se verifique la edad y la capacidad de los compradores. La ley debe ser clara y firme en este sentido, y su aplicación debe ser rigurosa.
Además, es necesario revisar y actualizar la legislación vigente en materia de seguridad vial. Por ejemplo, aunque la ley exige el uso de cascos para conducir motocicletas, no especifica los estándares de calidad que estos deben cumplir. Esto ha llevado a que muchos motociclistas utilicen cascos de baja calidad, que no ofrecen una protección adecuada en caso de accidentes. Es fundamental establecer normas claras sobre los equipos de seguridad, garantizando que cumplan con los requisitos mínimos para salvar vidas.
Sin embargo, ninguna medida será efectiva si no se aborda el problema de fondo: la falta de respeto a las leyes de tránsito. En las ciudades como Acarigua y Araure, es común ver a motociclistas ignorando semáforos y señales de alto, transitando por aceras, encima de los rayados peatonales, poniendo en riesgo a peatones y otros conductores. Este comportamiento no solo refleja una falta de educación vial, sino también una impunidad que debe ser combatida. La PNB, los medios de comunicación, las familias y la sociedad en su conjunto deben unirse para promover una cultura de respeto a las normas de tránsito. Las campañas de concienciación, junto con una aplicación firme y constante de la ley, son esenciales para cambiar esta realidad.
En conclusión, la crisis de accidentes de tránsito donde se involucran motocicletas es un problema multifacético que requiere soluciones integrales. Desde la erradicación de la corrupción en la emisión de licencias hasta la regulación de la venta de motocicletas y la promoción de una cultura de respeto a las leyes, cada paso es crucial para salvar vidas. Es momento de actuar con decisión y responsabilidad, porque cada vida perdida en las carreteras es una tragedia que podemos y debemos evitar. Etsamos como pescado en cava, echados a perder… pero estamos a tiempo, tú mama, tú papá, puedes ser la diferencia.
Édgar Alexander Morales
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