Former President Donald Trump attends the Ultimate Fighting Championship (UFC) 287 mixed martial arts event at the Kaseya Center in Miami, Florida, on April 8, 2023. (Photo by CHANDAN KHANNA / AFP)

Trump se convierte en el primer expresidente de Estados Unidos condenado en un juicio penal. La sentencia llega a poco más de cinco meses de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre y suponen un terremoto en el panorama político estadounidense.

Una vez establecida la culpabilidad por parte del jurado, ahora es el juez el que tiene que imponer la sentencia. Está previsto que se dicte el 11 de julio. Los medios presentes en la sala indican que Trump se ha quedado sin respuesta, como petrificado en el banquillo, tras escuchar el veredicto. Al salir del tribunal se ha mostrado combativo y desafiante en una comparecencia de poco más de dos minutos ante los medios en la que no ha admitido preguntas.

“Esto es una vergüenza”, ha empezado Trump. “El verdadero veredicto será el 5 de noviembre por el pueblo. Ellos saben lo que ha pasado aquí y todo el mundo sabe lo que ha pasado aquí. “No hemos hecho nada malo. Soy un hombre muy inocente. Estamos luchando por nuestro país. Estamos luchando por nuestra Constitución. Nuestro país está siendo manipulado en este momento. Esto fue hecho por la administración Biden”, ha seguido.

Los 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales por los que ha sido declarado culpable son punibles con hasta cuatro años de prisión cada uno. La ausencia de antecedentes penales obra en su favor. En cada una de las decisiones, se requería unanimidad: bastaba una sola opinión discordante, para que el juicio fuera declarado nulo, si bien el juez Merchan podía invitar a los miembros del jurado a reconducir las deliberaciones para intentar un acuerdo. A pesar de la condena, Trump puede seguir adelante con su carrera electoral e incluso ser reelegido en noviembre.

Tras recibir instrucciones del juez Juan Merchan sobre la ley y los factores que debían tener en cuenta, las deliberaciones comenzaron el miércoles 29 de mayo. A petición de aquel, los miembros del jurado revisaron la declaración de otros testigos, ya que, como subrayó Merchan, no podían basarse únicamente en el relato del “cómplice” Michael Cohen, principal testigo de cargo y sobre cuyo testimonio se sustenta el caso. Por ello, solicitaron en primer lugar revisar la declaración de David Pecker, amigo de Trump y editor del tabloide The National Enquirer, una publicación clave en la ocultación de información desfavorable para los intereses del republicano en la campaña presidencial de 2016.

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