¡Los dejamos! ¡Los dejamos! Se oía corear al unísono en el Estadio Universitario a la fanaticada de Tiburones de La Guaira después de que su equipo conquistara un triunfo 7 a 6 frente a Cardenales de Lara en extrainnings.

Maikel García se alzó como el gran protagonista de la jornada, pues empujó tres carreras, incluida la de la ventaja con un imparable, que pudo haber sido un doble de haber seguido su recorrido sobre las almohadillas, con el que llevó a su compañero Ehire Adrianza hasta el plato en el undécimo episodio y frente a los envíos del cerrador crepuscular, su paisano Vicente Campos.

La conexión del sabanero sirvió para ensalzar lo que había sido una trepidante noche para la ofensiva guairista, así como de su abridor Nelson Hernández, y que en su momento fue opacada por el cuerpo de relevistas.

Hernández se recuperó de una primera salida en el Round Robin infructífera y respondió a la confianza depositada en sus hombros por el mandamás Henry Blanco. Inició su faena con tres ponches en el primer inning, que de algún modo resultaban como un buen presagio, con todo y que en el segundo acto tuvo una única equivocación y Hernán Pérez, como cuarto bate de los larenses, se lo hizo pagar con un cuadrangular solitario por todo el graderío central.

Néstor Molina, su antagonista, tampoco deslució, al menos desde el comienzo. Con su acostumbrada maña y sapiencia contuvo se las arregló para transitar un camino sin mayores escollos, incluso con un dominio cuasi absoluto, que constó de solo dos imparables en los cuatro primeros capítulos. Sin embargo, en el quinto, el último que lanzó Nelson Hernández para La Guaira y con el que concluyó su actuación, Molina sufrió un descalabro irreparable.

Los bates litoralenses parecieron ser de Kryptonita para el apodado como “Superman sin capa”, y lo debilitaron de tal manera, que le ligaron hasta cuatro imparables consecutivos, uno de ellos de dos bases de Adrianza con el que igualó las acciones en las piernas de Alcides Escobar y otro del propio Maikel García, impulsor de dos rayitas.

El piloto Carlos Mendoza se vio forzado a salir de su dugout a quitarle la pelota a su abridor y entregársela a uno de sus elementos del bullpen más confiables, como lo es el zurdo Yapson Gómez, pero este tampoco pudo cumplirle. El flamante ganador al premio como Set Up del Año fue recibido por tubey de Franklin Barreto; y si bien pudo lograr dos outs al dominar a los peligrosos Danry Vásquez y Balbino Fuenmayor, se complicó al no resultar la estrategia de otorgarle boleto intencional a Ángel Reyes para medirse al también siniestro Wilson García.

El toletero mirandino, que tuvo su primera titularidad en la postemporada, no desaprovechó la oportunidad y remolcó otras dos carreras, gracias a un sencillo corto hacia los predios del patrullero derecho Javier Sanoja. Gómez admitió otro incogible de dos bases, aunque finalmente logró salir del atolladero al hacer que Francisco Arcia abanicara la brisa.

Todo era felicidad, emoción y júbilo en el feudo capitalino, en el que, a pesar de ser un lunes, recibió una importante cantidad de aficionados guairistas, todo en respaldo de su enrachado club.

El joven Jonathan Petit, como relevo de Hernández, prolongó el festejo al menos por dos entradas más, mismas que lanzó sin problemas más allá de un imparable recibido y fue ayudado por su defensiva con un dobleplay que lo llevaron a enfrentar al mínimo de bateadores posibles, es decir seis.

Empero, en el octavo tramo el yugo del pitcheo tiburonero cayó y el equipo cardenalero no los perdonó. El propio Petit concedió imparables consecutivos, uno de Rangel Ravelo hacia la pradera izquierda y otro dentro del cuadro tras un batazo de Juniel Querecuto que alcanzó a golpearlo en un pie y que finalizó en manos del campocorto García, sin poder hacer nada.

Petit tuvo que abandonar el morrito forzado por el pelotazo en su extremidad inferior y Henry Blanco optó por darle la responsabilidad al mexicano Carlos Machorro quien, con diferencia a sus tres salidas previas en la que había tirado para ceros en 2.2 innings, sucumbió y Cardenales lo aprovechó.

Primero llenó las almohadillas con transferencia a la inicial para Yojhan Quevedo y el novicio Javier Sanoja se lo hizo pagar caro con un imparable por todo el centro del terreno que metió hasta la registradora tanto a Ravelo como a Querecuto.

Dominó a Ildemaro Vargas con un elevado que atrapó Franklin Barreto en el centro con el que parecía retomar su mejor ritmo; no obstante, no fue así y Gorkys Hernández le pegó otro indiscutible que volvió a llenar las bases antes de que Hernán Pérez las barriera con un doblete ceñido a la franja del territorio izquierdo ocupado por el guardabosque Ángel Reyes. Se igualó el marcador y el ambiente en el Universitario se tornó tenso, con rostros de incredulidad ante lo ocurrido.

Aunque si algo caracteriza a los parciales de Tiburones es la fe que siempre han profesado para con los suyos y fue esa misma convicción la que llevó a su grupo a no amilanarse y batallar hasta lo último, en un partido que se tornaba de suma importancia en sus aspiraciones de trascender.

El estadounidense Nate Antone se hizo cargo de la lomita y se reivindicó con respecto a su anterior actuación frente a Magallanes. El foráneo trabajo dos sólidos episodios sin conceder libertades y se acreditó un trío de guillotinados.

Arnaldo Hernández, en la fue su cuarta salida al hilo, tampoco desentonó y tiró un inning en blanco, sin hit alguno, tampoco boletos y con un abanicado en su haber, para dejarle así la mesa servida a sus compañeros ofensivos de sacar adelante el careo.


Arnaldo Hernández tiró un inning perfecto para llevarse el importante triunfo de La Guaira

Fue así como Ehire Adrianza con paciencia le sacó un importante boleto a Vicente Campos, quien había retirado la entrada previa por la vía del uno, dos y tres. Con la habilidad y el contacto de García en el cajón de los bateadores y la velocidad de Adrianza en la primera base, el manager Blanco con la agresividad exhibida en los actuales playoffs, se arriesgó y montó una jugada de batear y correr que le salió a la perfección.

García sacó una línea tendida hacia la raya de cal del gramado derecho, suficiente para que Adrianza, que había salido en conquista de la segunda, anotara desde la inicial e hiciera estallar en éxtasis al resto de sus compañeros en el dugout y a todos los seguidores guaristas, en tribunas, palcos y seguramente detrás de los televisores.

“Sabía que si Ehire Adrianza se embasaba yo era el que iba a conectar el batazo para ganar el juego y gracias a Dios eso fue lo que pude hacer. Fue una jugada de bateo y corrido, en la que traté de poner la bola en el suelo y con fortuna salió esa línea y pudimos ganar el partido. Esta victoria va a ser una motivación para todo el equipo y vamos a esperar el miércoles para salir a ganar en Valencia”, exclamó Maikel García en declaraciones al departamento de prensa del equipo tras el careo en el que finalizó de 5-3, con tres fletes y una anotada.

Arnaldo Hernández fue finalmente recompensado con su primer lauro en una postemporada de la LVBP; mientras que Campos no tuvo más que ver cómo se le adjudicó su primera derrota a su cuenta.

Tiburones ahora luce registro positivo de 4 y 3 con tres victorias en seguidilla, para ponerse en la parte alta de la tabla de posiciones; contrario a lo que ocurre con Cardenales, que fue abatido por vez tercera consecutiva y marcha último en la clasificación del Round Robin, ahora con récord de 2 y 4.

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