La Explotación Económica: La libertad económica es un ámbito donde los centros de poder ejercen un control significativamente totalitario. En teoría, el libre mercado,  que no tiene nada de libre, según, permite a todos competir en igualdad de oportunidades y condiciones. Sin embargo, en la práctica esto no es así, los individuos con recursos significativos, las grandes corporaciones, las oligarquías, los burgueses dueños del capital y de los medios de producción, tienen una ventaja amplia y vulgarmente desproporcionada. Ellos utilizan su poder económico para influenciar la política, crear leyes y regulaciones que les benefician, y esto lo hacen a expensas de los trabajadores y pequeños empresarios. De allí derivan lo que hoy llaman “emprendedores” (docentes e ingenieros con un termo de café), que no son más que despojos dejados por un capitalismo avasallante que se disfraza de cualquier cosa  para imponer su totalitarismo. Por eso vemos gobiernos que tararean consignas revolucionarias y populares, dirigidas a redimir a los pobres, pero que aplican los más ácidos esquemas de explotación hacia los trabajadores, convirtiéndolos en despojos de una máquina histórica que los tritura, desmorona y los condena a una suprema precariedad.

Fijémonos la vista en la deuda, esta no es más que una poderosa herramienta de control social. Cuantas personas conocemos que se encuentran entrampadas en ciclos interminables de deudas que limitan su capacidad de tomar decisiones autónomas. Las tarjetas de crédito, los préstamos, las hipotecas, los créditos indexados aplicados a los agricultores, son ejemplos de cómo la deuda puede ser utilizada para mantener a las personas en un estado de indefensión y dependencia económica perenne. Las ayudas sociales, los subsidios, los bonos, son la más evidente manera de engañar a la gente,  haciéndolos creer que están siendo ayudados cuando en verdad están manipulando su conciencia con el hambre. Cómo decía nuestro inmortal Ali Primera “Trafican con la mentira, su mercancía es la democracia”

 

Acerca de La propaganda: Como si esto no fuera suficiente, todos estos asuntos son potenciados y afianzados en el colectivo, para ello usan la propaganda y la desinformación como herramientas para manipular la opinión pública. Es fácil suponer que al controlar la narrativa política, los centros de poder logran dirigir y orientar el debate público hacia sus necesidades, imagen y semejanza, desviando la atención de los temas importantes que pueden  poner en riesgo su control.

 

En Cuanto a La Libertad y el Control Social: Sin lugar a dudas, tanto los gobiernos como las demás instituciones de poder, utilizan la libertad como una herramienta de control social. En muchos casos, se promulgan leyes y políticas que bajo la apariencia de proteger la libertad, en realidad restringen los derechos individuales y colectivos. Un ejemplo claro de esto es lo que han llamado “la vigilancia masiva”, de la que nos alertaba George Owens en su libro “1984”. Siendo que, en nombre de la seguridad nacional, muchos gobiernos en el mundo han implementado sistemas de vigilancia que monitorean las actividades de sus ciudadanos, mermando al extremo su libertad de expresión y su privacidad; de hecho, nos colocaron a todos en el bolso un aparato tecnológico de control, que resultó ser muy, pero muy poderoso.

 

Todo gira en torno a la manipulación de la opinión pública: En está sociedad moderna que conocemos, todo está diseñado para la manipulación de la opinión pública. Para ello, los centros de poder utilizan los medios de comunicación para amasar y moldear la percepción de la realidad, a través de la difusión de información sesgada o falsa, lo que comúnmente llaman ahora “los falsos positivos”, de esta manera pueden influir en la opinión pública y direccionarla hacia intereses que no son los suyos, disminuyendo la capacidad de los individuos para tomar decisiones y restringiendo la libertad real.

 

El Método preferido; La Educación como Herramienta de Control: La educación es una de las herramientas  de control preferidas por el gran capital. El poder constituido en lugar de fomentar el pensamiento crítico y la autonomía, usan sus sistemas educativos que están diseñados para inculcar conformidad y obediencia. De esta manera sin que lo notemos, se domestica a los individuos hasta aceptar las estructuras de poder existentes sin cuestionarlas. Así que, estamos frente a una libertad intelectual limitada en extremo.

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