La producción de maíz en Venezuela se enfrenta a una grave crisis debido a la disparidad entre los costos de producción y los precios ofrecidos por la agroindustria y las entidades financieras. A pesar de un aumento en la producción en 2023, los productores se encuentran en una situación precaria al recibir precios por debajo de sus costos operativos, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la actividad agrícola y la seguridad alimentaria del país.
El desequilibrio entre costos y precios de una tonelada de maíz se estima entre 250 y 300 dólares, mientras que los precios ofrecidos por la agroindustria y las entidades financieras se sitúan entre 0.28 y 0.32 dólares por kilogramo, lo que equivale a 280 y 320 dólares por tonelada, respectivamente. Esta brecha significativa genera una pérdida económica significativa para los productores.
La Federación de Asociaciones de Ganaderos de Venezuela (Fedeagro) ha planteado la necesidad de que el precio del maíz se establezca entre 390 y 400 dólares por tonelada, un valor que permitiría cubrir los costos de producción y garantizar la rentabilidad de los productores.
Los productores han depositado sus esperanzas en la intervención del nuevo ministro de Agricultura y Tierras, el general Menry Fernández, para buscar soluciones a esta problemática y garantizar precios justos para el maíz.
Si la situación no se revierte, se espera una disminución en la producción de maíz en los próximos años, lo que podría generar escasez de este alimento básico en el mercado interno y aumentar la dependencia de las importaciones.
La disminución de la producción de maíz podría afectar la seguridad alimentaria del país, ya que este cereal es un componente fundamental de la dieta venezolana.
Es fundamental establecer un precio de garantía para el maíz que permita cubrir los costos de producción y garantizar la rentabilidad de los productores.
𝗘́𝗱𝗴𝗮𝗿 𝗔𝗹𝗲𝘅𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗠𝗼𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀
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