La presidenta de Perú Dina Boluarte se plantó desafiante el miércoles ante quienes piden su renuncia mientras la escasez de productos básicos ya se nota en varias zonas tras seis semanas de protestas.
“No voy a rendirme ante grupos autoritarios que quieren imponer salidas que no forman parte de nuestro ordenamiento constitucional ni de la tradición democrática”, afirmó Boluarte en una intervención virtual ante el Consejo Permanente de la OEA en la que abogó por realizar nuevas elecciones.
Las movilizaciones han dejado hasta el momento 46 muertos, entre ellos un policía, tras seis semanas de crisis política y social marcadas por bloqueos de carreteras y protestas en distintas partes del país.
Por la mañana, decenas de manifestantes marcharon frente a embajada de Estados Unidos para criticar el apoyo Washington al gobierno.
La protesta de Lima convocó centenares de manifestantes, entre ellos mujeres ataviadas con polleras multicolores y sombreros negros, que recorrieron de forma pacífica el centro histórico. La movilización terminó sin incidentes.
“Somos pueblo y no terroristas”, clamaron los manifestantes.
Mientras en la región Ica, 250 kms al sur de Lima, estalló una batalla campal entre policías antimotines y violentos manifestantes con rostros cubiertos, con intercambio de gases lacrimógenos y pedradas cuando la policía trató de desbloquear la carretera Panamericana Sur resguardada por piquetes.
Un número impreciso de policías resultó herido y fue trasladado a hospitales de Pisco, según imágenes de la televisión.
– Combustible escaso y caro –
Desde la mañana del miércoles se multiplicaron escenas de escasez de gas licuado de petróleo, principal combustible para vehículos y uso doméstico en Perú, en Cusco, Arequipa, Tacna y Puno, regiones del sur que alegan ser las más pobres, olvidadas y discriminadas por sus poblaciones de mayoría indígena.
“No hay combustible, en el Cusco es escaso el combustible, no lo dejan pasar”, dijo a la AFP Luis, un taxista que no quiso dar su apellido en la ciudad turística del sur andino, donde hay vehículos varados desde hace una semana por la falta de gas licuado.
Tras más de 45 días de protestas, Luis ya no apoya las protestas. “Todo esto nos está perjudicando a nosotros mismos, no están perjudicando al Gobierno o a los congresistas, porque ellos ganan sueldo (…) Yo tengo que mantener a la familia”.
Largas filas de autos en las afueras de estaciones de servicio podían verse en los alrededores de esta ciudad, joya del turismo internacional. Según el testimonio de varios conductores consultados, la gasolina ha ido subiendo día a día y en varias zonas indican que el precio del balón de gas ha subido más del doble.
En la región amazónica de Madre de Dios, fronteriza con Brasil y Bolivia, se registra desabastecimiento de alimentos y combustibles por los bloqueos en la carretera Interoceánica que conecta la costa sur de Perú con ciudades brasileñas.
– Alimentos en alza –
Por la escasez, los comerciantes de mercados de las ciudades de Juliaca y Puno, a más de 1.350 km al sur de Lima, y escenario de las protestas más violentas que se saldaron con 21 muertos a principios de enero, triplicaron los precios de artículos como la papa y el tomate.
“Se han incrementado los precios de la verduras, las frutas. Todo ha subido, me parece que deberían pasar los vehículos que nos abastecen”, dijo a la AFP Jacqueline Flores, habitante de la ciudad de Puno.
Perú tuvo una inflación anual de 8,46% en 2022, la más alta en 26 años.
Los alimentos no llegan a su destino porque cientos de camiones se encuentran varados en las carreteras de las regiones de Ica y Puno.
– Malestar con Chile-
La cancillería peruana se quejó ante el embajador de Chile en Lima alegando que el presidente Gabriel Boric se expresó de “manera irrespetuosa” sobre Dina Boluarte el martes durante la cumbre de la CELAC en Buenos Aires.
Según un tuit de la cancillería, se notificó al diplomático chileno que el “rumbo elegido por el Gobierno constitucional de la Presidenta Boluarte es el adelanto de elecciones generales para que los peruanos decidan, sin injerencias y en paz, el destino del Perú”.
En la CELAC Boric criticó que personas que salen a manifestar en Perú “terminan baleadas por quien debiera defenderlas”.
En el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, se criticó el “uso excesivo de la fuerza” para reprimir las protestas en Perú, lo que fue replicado por el ministro de Justicia afirmando que las autoridades respondieron de forma apropiada.
Boluarte, pidió el martes “una tregua nacional”, pero recibió como respuesta la mayor marcha en Lima hasta ahora, con duros enfrentamientos entre policías y manifestantes que convirtió el casco histórico en lugar de batalla.
Las protestas estallaron tras la destitución y detención del presidente izquierdista Pedro Castillo el 7 de diciembre por intentar disolver el Parlamento -controlado por la derecha.
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