Asistimos en estos días, a un gran revuelo interno dentro de las filas del partido de gobierno; el Psuv para mayor abundamiento.
Pero más allá de esta ola inmensa de información en las RRSS, está subyacentemente, la respuesta de la gente a aquellos que no han escuchado la voz del pueblo. Quizás, algunos pensaran que es hacer leña del árbol caído; pero a la usanza de otros tiempos, la respuesta ante quienes lo han olvidado y hasta invisibilizado, no puede ser otra. Y me refiero precisamente a lo ocurrido con el hasta ahora ciudadano Gobernador del estado, a quien vaya nuestro respeto de siempre; empero, esta realidad que hoy se da a conocer en su contra, quizás tenga prevalencia ante tanto desatino por el mismo admitido en su rueda de prensa. Podríamos sumarle la oportunidad de la mayor ofensa al pueblo, cuando un año antes de los 400 años de Acarigua, manifestara a viva voz en acto público, estando al lado del Ministro Tareck El Aisami; “que gracias a este hombre yo soy el gobernador del estado”. En ese momento no entendí esa postura; y me pregunté, y este pueblo aquí reunido que votó por él? O sea, ellos no lo hicieron Gobernador con sus votos? Tamaña afrenta que no podía tardar en dos años la respuesta de ese pueblo chavista, y esta vez no hubo salvadores superiores ni el favor del Rey que protegiera. Se revivió lo vivido en Fuenteovejuna (1619), que es una obra de teatro barroco, escrita por Lope de Vega, que narra la historia de un pueblo que se levanta contra la injusticia y los abusos de quienes están en el poder. Portuguesa habló como Fuenteovejuna y al unísono manifestó su desacuerdo con esa política de élites burguesas y de alejamiento con la esencia del pueblo, que solo era visto por ese equipo de gobierno desde sus magníficas camionetas ultimo modelo y las reuniones solo eran en los buenos restaurantes y hoteles de lujo de nuestras mejores ciudades, porque el resto del estado quedó olvidado a la magna presencia de estos hidalgos señores.
Este pueblo ahora impetra justicia, deja muestras de que esta es la lección que debe ser aprendida, pero que no puede deshacerse con un simple Mea culpa tardío y ante la admisión profesa del jefe. No basta un arrepentimiento, los tiempos imponen trabajo y verdaderas respuestas ante el viacrucis de una pandemia que nos cobra la vida de nuestros más preciados seres queridos; ante la desidia de las interminables colas tanto virtuales de un ineficiente Combusport, y ahora reales sin gasolina. Esta es la respuesta ante tanto abandono y desagravio de las políticas de las bolsas de comida que se han traducido en el gran negocio de pocos y que forman parte de la Corte del Rey, para repartir las prebendas impositivas que solo el pueblo paga. Esperemos, que a partir de esta experiencia, quien venga a ocupar esta palestra, entienda desde ya que el pueblo no quiere bailes y festejos, que ese pueblo no quiere esperanzas que no sean ciertas y se merece un gran navío donde quepamos todos para navegar viento en popa hacia un puerto próspero que sea útil a todos y para todos.

Rafael García. 5949456.

Deja tus comentarios...

A %d blogueros les gusta esto: