
Hace unos años por allá en 1997, se estrenó una película con este nombre protagonizada por Jim Carrey, conocido actor norteamericano por sus divertidas comedias. En ese film, se muestra el mensaje crítico de cómo se abusa en la sociedad del uso de la mentira para acomodar situaciones y como estrategia para desplegar la más solapada hipocresía. Además deja latente el concepto de lo dificultoso que resulta el desenvolvernos sin dobleces ni falsedades.
El uso de la mentira ha servido en el tiempo para poder engañar y generar el logro de una posición de poder o de dominio. Desde una pequeña relación de pareja hasta el intrincado mundo del Poder, la mentira y el engaño han ido de la mano.
Los grandes filósofos de la historia se han enfrentado duramente contra ella y generaron bases sólidas de su existencia y la manera como incluso puede aprovecharse. Tal ha sido su presencia en la existencia del hombre, que hasta la Biblia habla y comenta sobre la perversidad de la mentira haciendo valer la preeminencia de la verdad estableciendo que ella nos hará libres.
Esta pequeña síntesis existencial nos lleva a ver el mundo de la dominación del hombre por el mismo hombre. El contexto donde se plasman la lucha entre valores éticos y la verdad contra la estructura de la mentira, da como resultado el antagonismo del hombre frente a las realidades y su necesidad de asirse de ellas para tener el poder.
En el entramado del poder político, grandes han sido las muestras del arrojo de la mentira para imponerse. Desde esa misma construcción filosófica de la Grecia del pensamiento humano hasta llegar a los romanos, la mentira ha hecho gala de su supremacía; sobre todo en ese mundo imperial del desarrollo de la cultura de la política y el Poder generada en Roma y su apogeo en la creación del Corpus Iuris Civilis, o como mejor se conoce, su gran legado de la creación de ese Derecho Romano que ha inspirado el orden mundial de los distintos Estados de Derecho existentes.
Negar que la mentira usada bajo la estrategia del engaño, ya que una contiene a la otra; ha traído inmensos beneficios al hombre poderoso en su afán de tener y ejecutar el poder.
La historia está plagada de mentirosos que lograron ese poder político férreo para imponer su propio estilo de mando y avasallar a los más débiles concentrando riquezas y fuerza militar para imprimir el elemento primordial de su mentira como lo es el miedo.
El miedo y la mentira tienen su nivel de confluencia en la psiquis del hombre y entre ambas han engendrado la formación de monarcas, caudillos y dictadores; todos cocidos a mano como omnipresentes en la historia.
Tanto ha sido el poder de la mentira que Goebbels en la Alemania nazi logró mimetizar la conciencia hasta del mismo Hitler, ideando todo un sistema de propaganda engañosa para el logro del objetivo que era establecer la Guerra Total y de esa manera obtener y mantener el poder hegemónico en contra de sus adversarios.
Y así podemos encontrar dentro de la historia un sin fin de líderes políticos que han sido seguidos más por sus mentiras que por las bondades de su actuación.
En nuestro país aún estamos bajo el imperio de la mentira y el agravio de un poder que ha utilizado de la manera más vil a la mentira sujeta al miedo de la verdad. El plan sistemático de ir dominando las mentes de los venezolanos a través de arengas y consignas trasnochadas que inflan la psiquis de los más necesitados haciéndoles ver que ahora son el poder de decisión del país, ha dado dividendos bien sustanciosos a las casta dominante y que conforman la cúpula de ese poder que hasta ahora ha demostrado sólo servir para sus intereses particulares y generar entre ellos esa práctica hedonista de Epicuro.
Van día a día generando sensación de trabajo y esfuerzo para beneficio de la gente, y solo ha sido una ilusión de ficción y optica ya que nada hacen y todo lo destruyen. Es el caso de los embellecimientos públicos de algunos lugares que se ven al ojo de la gente así como de las vías principales de ciudades; porque el resto a lo interno sigue igual o peor. Hoy en día la crisis económica ha arrastrado esas mentiras al punto de ir presentando las verdades existentes que ya no parecen poder ser tapadas con los flayers, fiestas y videos de pensar crear hasta la idea de un súper héroe venezolano. Lo lamentable de ese héroe, es que esa figura que ha sido enarbolada sobre todo en Carabobo, está llena de aire y eso ha hecho que se desvanezca ante los ojos de sus creadores como lo son el gobernador de allí y el hasta ahora defenestrado ex Ministro de PDVSA.
Por cierto ha sido extraño que nuestro gobernador portugueseño no ha hecho gala de la figura del superhéroe del bigote inflado de aire para tomarse fotos y generar mentiras del bienestar de la gente en ese compromiso contigo o entre ellos será, y catapultarse el limbo de los premiados por Zeus.
Solo resta decir que toda mentira tiene las patas cortas y la verdad es el correcaminos que nunca podrá ser capturado por el coyote.
Hoy en día ciertas verdades no son tales, así que debemos mirar bien detrás del engaño porque la influencia de los mentirosos está metida hasta en la oposición. Hay una consustanciación entre estos bandos solo en el interés de seguir utilizando al país para beneficio particular, sin control pero llenos de lujos y confort. Así cualquiera hace política, los vemos que viven en países en buenas casas y vehículos, no trabajan y van y vienen a todas partes; como harán para pagar las cuentas que tanto nos cuesta a los que sabemos que es el trabajo y que un sueldo no alcance. Cómo harán tanto los políticos del gobierno y oposición para rasgarse las vestiduras en cumbres y reuniones dándose la dolce vita que es pagada por nuestro país quebrado y de paso exigir que les paguen cuentas de algún acuerdo porque sino no siguen jugando a esa mentira. El caradurismo a lo gatopardiano nos explota en la cara y aún piensan que les vamos a creer, porque cuando pedimos que expliquen de dónde sale tanta suntuosidad pues nadie explica; los contralores no controlan y el país vive de MENTIROSOS MENTIROSOS que siguen mintiendo.
