
El pasado domingo, la comuna 9 Laceros de Páez vivió un acontecimiento significativo: la elección de jueces de paz. Como candidato, mi participación no solo fue una oportunidad de postularme, sino un espacio de reflexión sobre el compromiso que tenemos como ciudadanos en la construcción de nuestro entorno social. Aunque no fui elegido, el proceso me brindó una fuente invaluable de experiencia y un sentimiento renovado de responsabilidad cívica.
Felicitaciones a Pedro Vargas, Noe Rodríguez, María Hernández, por su triunfo. La elección se llevó a cabo en un ambiente de entusiasmo y participación activa. La población se movilizó masivamente, esperando en largas filas con la ilusión de seleccionar a sus representantes. Esta movilización evidenció el deseo colectivo de fomentar la paz y la justicia a nivel comunal. En total, se eligieron 30.000 jueces de paz a lo largo del país, lo que representa un escalón más hacia la profundización del poder popular en Venezuela1 y la consolidación de un nuevo modelo de justicia en el ámbito comunitario.
Felicito con fervor a mis seis compañeros electos, quienes ahora asumen la responsabilidad de ser jueces de paz, tres en calidad principal y tres suplentes. Sabemos que este rol no es solo un título, sino una hermosa pero compleja tarea de mediar en conflictos, fomentar el diálogo y garantizar que las preocupaciones de los ciudadanos sean escuchadas y atendidas.
Participar en esta elección fue un acto de compromiso, tanto hacia mí mismo como hacia mi comunidad. Aunque el camino de la justicia y la paz es incierto y desafiante, los jueces de paz tienen la oportunidad de marcar una diferencia significativa en la vida de las personas de su entorno. La existencia de esta figura busca facilitar la resolución de conflictos de manera más accesible y amigable, evitando así la saturación de los sistemas judiciales tradicionales.
Nuestro papel, aunque no resultó en una victoria electoral, queda reflejado en la cohesión social y en el deseo de transformar nuestro entorno. Debemos seguir unidos y comprometidos con la reconstrucción de nuestra sociedad. La elección de jueces de paz es un paso hacia la materialización de un nuevo orden social, donde la participación ciudadana y la democracia directa sean la norma.
Finalmente, celebro este proceso y espero que tanto las experiencias vividas como los aprendizajes adquiridos durante esta jornada electoral contribuyan a una profunda reflexión sobre nuestro rol como ciudadanos y la necesidad de seguir luchando por un mejor futuro para todos. La esperanza reside en nosotros, y la paz es un camino que debemos transitar juntos.
𝗘𝗱𝗴𝗮𝗿 𝗔𝗹𝗲𝘅𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗠𝗼𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀
𝗣𝗲𝗿𝗶𝗼𝗱𝗶𝘀𝘁𝗮 𝘆 𝘆 𝗗𝗶𝗿𝗲𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗣𝗼𝗿𝘁𝘂𝗴𝘂𝗲𝘀𝗮 𝗔𝗹 𝗗í𝗮
Durigua 16 de Diciembre de 2024
