
(Cruz Mario Silva).- Estoy 100% con la propuesta del gobierno del presidente Nicolás Maduro sobre el referendo consultivo de la Guayana Esequiba, al punto que formo parte ese 23 por ciento de los venezolanos -según la encuestadora Mercanálisis- que vamos a ejercer nuestro derecho al voto el próximo 3 de diciembre, pero hay ciertos aspectos curiosos sobre el territorio en reclamación que van más allá del acuerdo de Ginebra de 1966, más allá de si entramos en conflicto bélico con Guyana o si esto es una campaña distractora para invisibilizar a María Corina Machado. Estos aspectos curiosos, por decirlo de alguna manera, del territorio en reclamación lo expone de manera magistral el emprendedor barquisimetano Mariano Briceño Landaeta, en su artículo de opinión: Esequibo y sus alrededores, él expone entre otras cosas, cito: «El Esequibo está a 80 km de Tumeremo, desviándose a la izquierda. Se va por una carretera inhóspita, peligrosa, abandonada e inservible. (…) El Esequibo posee una superficie de 160.000 km2, con una población estimada de 155.000 habitantes que dicen llamarse esequibenses; no hablan español, sino inglés combinado con otras lenguas. Los límites del Esequibo son: Norte: Tumeremo; Sur: Guyana, Este: océano, y Oeste: Gran Sabana (Venezuela). Los venezolanos no podemos entrar al Esequibo, salvo bajándonos de la mula o tramitando un permiso a través de las autoridades guyanesas. Según una encuesta del 2007, el 75% de los habitantes del Esequibo desean independizarse, principalmente por observar la miseria en la que vive el pueblo venezolano; el 20% pertenecer a Guyana y el 5% a Venezuela, principalmente por poseer inversiones acá o traficar con tierras, oro, ganado o actividades ilícitas. (…)