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En una reunión extraordinaria celebrada este domingo, los cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) abogaron de manera unánime por el principio de no injerencia en los asuntos internos de las naciones y rechazaron cualquier forma de intervencionismo militar en la región.

La canciller de Colombia, Rosa Villavicencio, en su calidad de presidenta pro témpore del organismo, subrayó que estos principios «no son optativos, sino la columna vertebral del orden internacional» y deben ser respetados de manera rigurosa por todas las naciones.

Durante su intervención, Villavicencio se refirió indirectamente a recientes despliegues militares en aguas del Caribe, señalando que, si bien la presencia de buques de guerra en altamar se ampara en las libertades de navegación reconocidas por el derecho internacional, «toda actividad militar debe conducirse sin caer en amenazas ni actos de fuerza». Advirtió, además, que «el umbral entre presencia y coerción puede cruzarse con facilidad cuando existe retórica beligerante».

La diplomática ratificó la postura del gobierno del presidente Gustavo Petro: «Ningún gobierno latinoamericano que se respete debe solicitar ni celebrar una invasión extranjera». Reiteró que los problemas de la región deben ser resueltos por sus propios pueblos y gobiernos, y subrayó que cualquier acción armada no autorizada por los Estados involucrados constituiría una agresión contra toda América.

La declaración final de la CELAC, adoptada por consenso, hace un llamado al diálogo y la cooperación como únicas vías legítimas para resolver controversias internacionales, en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

 

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