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El municipio portugueseño celebró con una vigilia, eucaristía y procesión la declaración como santos de las figuras venezolanas, en un evento encabezado por el alcalde Onofrio Cavallo.

 TURÉN. – Una vigilia multitudinaria se desarrolló en el municipio Turén, estado Portuguesa, a la espera del anuncio oficial del Papa León XIV. El alcalde Onofrio Cavallo compartió en redes sociales su alegría por la jornada espiritual que unió a la comunidad en un hecho histórico.

La fe y la alegría se apoderaron de las calles de Turén la noche de este sábado 18 de octubre, donde una vigilia congregó a cientos de fieles en vísperas de la canonización de los primeros santos venezolanos: José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles. El ambiente era de expectativa y recogimiento, mientras el municipio se unía espiritualmente al momento histórico que viviría la Iglesia Católica a miles de kilómetros de distancia, en el Vaticano.

El alcalde del municipio, Onofrio Cavallo, se hizo presente junto al pueblo, participando activamente en los actos programados. La celebración comenzó con una solemne eucaristía celebrada en la Iglesia “Nuestra Señora del Rosario”, que sirvió como punto de encuentro para la comunidad creyente. Posteriormente, los asistentes formaron parte de una hermosa procesión que recorrió las adyacencias del templo, llevando en alto las imágenes de los próximos santos en un acto de fe y devoción palpable.

“Ha sido un día de inmensa alegría, espiritualidad y paz, donde la felicidad de un pueblo creyente fue la verdadera protagonista”, expresó el alcalde Cavallo a través de sus redes sociales, capturando el sentimiento colectivo que embargó a Turén. Sus palabras reflejaron no solo la importancia del evento eclesial, sino el profundo significado que estas canonizaciones tienen para la identidad y la moral de las comunidades venezolanas.

Para los habitantes de Turén y de todo el estado Portuguesa, esta ceremonia representó mucho más que un protocolo religioso. La elevación a los altares de José Gregorio Hernández, el «Médico de los Pobres», y de Carmen Rendiles, se vive como un reconocimiento a la santidad cotidiana y accesible. Ambas figuras se convierten en un símbolo de esperanza, al demostrar, con sus vidas de entrega y servicio, que la santidad es un camino posible en la vida diaria, incluso en medio de las dificultades.

La canonización de estos venezolanos marca un antes y un después en la espiritualidad del país, y la celebración en municipios como Turén evidencia cómo este hecho trascendió las fronteras del Vaticano para arraigarse en el corazón de los pueblos. La vigilia no fue solo una espera, sino una poderosa declaración de fe colectiva, confirmando que las virtudes de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles ya habitaban, desde hace mucho tiempo, en la devoción popular.

 

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