(Dimas J. Medina) El jueves 19 de abril de 1995, nuestro único venezolano en el Salón de la Fama del Béisbol de las Grandes Ligas, Luisito Aparicio viajó a Barinas para ofrecer varias clínicas de béisbol.
Invitado por su amigo, el empresario barines Tobias Carrero Nácar, dueño de la empresa Multinacional de Seguros y del equipo «Bravos de Margarita», Aparicio viajó acompañado de sus amigos, los entonces scouts de los Royals de Kansa City y Angelinos de California, Graciano Ravelo y Pompeyo Davalillo, respectivamente.
Aprovechando la visita de Aparicio y sus acompañantes, el entonces alcalde de la Ciudad Marquesa, Miguel Angel Rosales Aparicio, por sugerencia del profesor Ramon «Moncho» Vegas y de éste servidor, quienes desempeñábamos los cargos de presidente del Instituto Municipal de Deporte y director de la Oficina de Relaciones Públicas, respectivamente, hicimos entrega de un reconocimiento a aquel zuliano que durante 18 años deslumbró en el mejor béisbol del mundo entre 1956 y 1973.
Previo al aquel acto protocolar, celebrado en el hotel Valle Hondo, nuestro pana Noel Arnaldo Zamudia Aro invitó a Aparicio para su programa «Línea Caliente», que por la emisora Continental AM moderada de 8 a 10 de la mañana.
Después del programa, Zamudia invitó también a Luis Aparicio a caminar por el centro de la ciudad de Barinas y, antes de regresar al hotel, se metió en un almacén para comprar un regalo a un nieto que recién llegaba al mundo.
Confieso que nunca ví a don Luis Aparicio jugar béisbol, pero desde niño soy admirador de este referente histórico del deporte venezolano, simplemente por el fanatismo que siempre manifestó mi papá «Monche» Medina por el hijo de El Grande de Maracaibo.
Por eso, aquel 19 de abril de 1995, decidí esperar a la entrada del hotel al ex grande liga zuliano, para conducirlo al acto que le tenía preparado el alcalde Rosales Aparicio.
Ese día, yo cargaba puesto una gorra de la reciente organización política local que para entonces había creado el burgomaestre barines, una vez que decidió abandonar las filas de Acción Democrática: PAPO, las siglas del expectativo y extravagante Partido Popular.
Al llegar al hotel, un impresionado Luis Aparicio que saludó muy circunspecto al pequeño grupo de personas que lo esperaba, al fijar su mirada a las cuatros letras impresas en mi gorra, sólo atizó expresar:
-Vos sabéis que lo significa esa palabra en Maracaibo..