Esta afirmación la manifiesta el profesor Edgar Rivero – Pdte UNT Portuguesa, lo ocurrido días pasados con la escogencia de la diputada María Gabriela Gil como nueva presidenta de la junta directiva del CLEP, implica que dos poderes fundamentales están en la mismas manos, quien controlará al Ejecutivo, esas son serías desviaciones y un claro abuso de poder.

Se ha querido confundir, tergiversar entorno a este hecho. Tanto así, llegar al extremo de valorarlo con normal. Craso error. En el país existen normas de conducta orientadas a prevenir conflictos de intereses en el desempeño de funciones públicas. Por consiguiente, no es un capricho. El Art 145 CRBV, prohíbe a los funcionarios públicos estar al servicio de la parcialidad alguna, siendo que su nombramiento y remoción no pueden estar determinados por afiliación u orientación política.

En este sentido, queda suficientemente demostrado que al no existir un equilibrio real de control entre el poder Ejecutivo y Legislativo se podrían generar de manera ilegal ciertas ventajas especiales, asimismo habría una incidencia muy marcada en el ejercicio de presión por parte de las personas al servicio del Estado, dada la posible influencia que pudieran ejercer en tal condición entre cónyuges.

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