
En la actualidad el mundo sigue impactado por el desarrollo de diversos fenómenos que afectan profundamente a diversos aspectos de la vida económica, política y social.
Hay diversos frentes de batalla en los cuales el imperialismo acciona con su voracidad, lleva a la miseria a millones de seres humanos, sometiéndoles a los rigores de la guerra, tal es el caso de Siria, Libia, Yemen, y recientemente Ucrania.
Estos escenarios además son usados por los imperialistas para revitalizar la industria armamentista, recomponer las rutas del narcotráfico, prostitución y como se evidenció con el conflicto en Libia los imperialistas someten a miles de seres humanos a un régimen de esclavitud, del que obtienen inmensas ganancias.
La atención en estos momentos se concentra en el desarrollo de la guerra en Ucrania, conflicto que ha puesto de manifiesto el resurgimiento de un factor muy peligroso para la vida de la humanidad, el fascismo.
Desde los sucesos en el 2014 donde se llevó a cabo un golpe de Estado contra el gobierno del entonces presidente Yanukovich en Ucrania, las fuerzas fascistas apoyadas y financiadas por el bloque imperialista EE.UU y UE han experimentado un avance exponencial, llegando incluso a posicionarse en puestos de mando del ejército ucraniano, conformando batallones como el Azov , y organizaciones armadas como sector derecho que asumen de manera abierta programas y símbolos fascistas, reivindicando personajes como el genocida Stepan Bandera, agente nazi responsable de llevar a cabo una política de exterminio contra los pueblos y organizaciones que se resistieron a los planes fascistas.
Las contradicciones de clase se agudizan, los explotados y oprimidos se organizan y movilizan para luchar en defensa de sus condiciones de vida, lo que implica enfrentar los diferentes mecanismos de dominación de los capitalistas, entre estos el fascismo, fenómeno impulsado por la burguesía para ajustar cuentas contra la clase obrera y los sectores revolucionarios en general.
Al mismo tiempo se desarrollan otros fenómenos que debemos tener muy en cuenta, sobre todo en los actuales momentos donde los mecanismos de control impuestos en el marco de la pandemia han tenido que ceder ante la presión de los trabajadores y en movimiento revolucionario en general.
En este sentido es importante observar la situación en el hermano país, Colombia, donde le reciente proceso electoral muestra un panorama donde sectores de las fuerzas democráticas y progresistas se posicionan con posibilidades de obtener un triunfo en las próximas elecciones, lo que es muy significativo, pues, derrotarían a las fuerzas políticas más reaccionarias y serviles al imperialismo de EE-UU y la UE encabezadas por el paramilitar Álvaro Uribe y su peón, Iván Duque.
Es necesario estar alertas ante las diversas acciones que estos agentes imperialistas puedan desarrollar, pues es evidente que han perdido parte del apoyo que habían podido sostener en base a la demagogia y el terror ejercido sobre la población, y esto los hace aún más peligrosos, pues, pueden estar dispuesto a desarrollar cualquier agenda dictada por sus amos imperialistas, incluyendo la declaración y desarrollo de una guerra contra Venezuela.
Los explotados y oprimidos de Venezuela y Colombia debemos afianzar nuestra solidaridad y hermandad en el marco del internacionalismo proletario y hacer frente a las pretensiones del imperialismo del bloque EE-UU y UE desarrollar diversos escenarios de violencia, entre ellos la guerra, como táctica para extender su dominio sobre el continente.
Los capitalistas afinan sus mecanismos de explotación, en el marco de las afecciones de la pandemia han sofistican y relanzando formas de trabajo que apoyadas en el desarrollo tecnológico les permite continuar la explotación de la fuerza de trabajo para seguir acumulando riquezas en detrimento de la salud y la vida de los explotados y oprimidos.
Muchos de los trabajadores no están conscientes de los niveles de afección que puede tener los excesos del teletrabajo en la dinámica de vida de los trabajadores. Con los efectos de la pandemia de multiplicó el uso de esta forma de explotación de los capitalistas ante una realidad que imponía la necesidad de modificar las formas de llevar a cabo la actividad laboral en varios sectores.
En nuestro país es necesario destacar las expectativas que ha generado el aumento salarial en los trabajadores de diferentes sectores de la producción, es un aumento significativo, síntoma de los actuales niveles de reanimación económica, pero sin embargo todavía dista mucho de niveles que garanticen al menos la llamada cesta alimentaria. Pero más allá de las consideraciones sobre los alcances del nuevo aumento salarial, hay que advertir siempre es que los trabajadores deben privilegiar el fortalecimiento de la organización para llevar a cabo con éxito las diversas luchas pos sus reivindicaciones históricas y por los objetivos políticos que les permitan avanzar en la transformación revolucionaria de la sociedad y destruir al sistema capitalista, pues mientras la burguesía ejerza el control de la economía, el salario y otras formas de remuneración siempre serán insuficientes para las mayorías explotadas y oprimidas, quienes se ven privadas de manera constante de los medios de vida básicos.
Para tener las mayores posibilidades de éxito en su lucha contra el capitalismo los obreros, campesinos y comunas revolucionarias deben siempre garantizar el desarrollo de los espacios para concretar la coordinación de las fuerzas populares revolucionarias, en este sentido espacios como el frente popular antifascista y anti imperialista es una tarea de primer orden que debemos abordar para contribuir a que las fuerzas revolucionarias logren la mayor cohesión y fuerza.
Es necesario ratificar además que el impulso de la producción en el marco de la anunciada recuperación económica del país debe ser de la mano de los obreros, campesinos y comunas revolucionarias que entendiendo el momento histórico y decisivo que vivimos, se cualifican en el marco de garantizar el control revolucionario de la producción, distribución y comercialización, como garantía de que las acciones que se van a realizar serán en favor de las mayorías explotadas y oprimidas, contribuyendo esto a su vez a alcanzar los mejores niveles organizativos para enfrentar con posibilidades de éxito las tareas en el marco de la lucha anti imperialista y anti fascista en la actualidad, siempre manteniendo presente los objetivos de la liberación nacional y el socialismo.
Avancemos sin vacilaciones.
KINYIVI IU YUS
VAMOS PUEBLO VALIENTE
