Antonia Muñoz

En Venezuela el acceso a la salud gratuita es un derecho constitucional. Así que quien gobierna en cualquiera de los 3 peldaños del poder Ejecutivo (Nacional, estadal o municipal) es al menos corresponsable respecto de atender la salud de los ciudadanos. El órgano rector de la salud en Venezuela es el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPPS), que como sabemos depende del Ejecutivo Nacional. Así que el primer responsable de la salud de los venezolanos es el presidente de la República a través del ministerio respectivo. Por lo tanto, la prestación de salud por parte del Estado es un deber no es un favor.  El cumplimiento del deber por parte del funcionariado público se reconoce como una misión cumplida a la que se comprometen los mandatarios electos por el pueblo, e igualmente los funcionarios que éstos designan en los diferentes cargos.

 Para quienes se niegan a reconocer, cumplir y hacer cumplir la CRBV, aquí transcribimos el artículo 83: La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República. También el recordatorio es para gobernadores y alcaldes, no sea que algunos desconozcan que “hay materias objeto de competencias concurrentes y se orientan por los principios de la interdependencia, coordinación, cooperación, corresponsabilidad y subsidiariedad”.

Cuesta comprender que cierta gente que se autodenominan líderes, sean tan pasivos y acríticos, que, sin el menor análisis, aceptan el humillante hecho que en los hospitales y ambulatorios de Venezuela no haya ningún tipo de material médico quirúrgico, incluido gasa, guantes y batas para el uso de médicos y enfermeras; al igual que analgésicos, antibióticos o antipiréticos para bajarle la fiebre a un muchacho. Ni hablemos de los equipos y medicamentos para la atención a las enfermedades severas o crónicas como el cáncer, deficiencia renal o tratamiento para evitar el rechazo de un órgano trasplantado. No puede ser, que en incontables casos de salud, la única salida sea solicitar el concurso de la caridad pública a través de los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales. Está bien que quienes puedan ayudar lo hagan; sin embargo, quienes conocemos los deberes y derechos consagrados por la Constitución seamos proactivos en término de promover y participar en la educación ciudadana colectiva. Los cambios de Venezuela dependen de los cambios de mentalidad de sus ciudadanos.

Así que no nos cansemos pues de reclamarles a los gobernantes el cumplimiento de su deber y a los ciudadanos recordarles que deben exigir sus derechos. Dejemos de justificarlo todo por el bloqueo y las sanciones, y reconozcamos que por acomodaticios o miedosos, no nos atrevemos señalar a la corrupción, la ineficiencia y la indolencia como causas del deficiente servicio de salud. En la corrupción de la salud en Venezuela, además de los negociados en el que participan algunos altos funcionarios que gobiernan en el área, también hay que destacar la corrupción que ocurre en los centros hospitalarios por acción u omisión: unos roban y otros se hacen los locos para no complicarse la vida y enemistarse con quienes hurtan medicamentos, material médico quirúrgico, y hasta equipos. Como muestra un botón: para terminar de equipar el área oftalmológica del ambulatorio J. R. Azuaje de Guanare, en el 2008 la gobernación invirtió en un equipo de rayos laser que era indispensable para hacer operaciones de córnea. Lamentablemente, el equipo llegó a principios de 2009, pero algún irresponsable con poder decidió darle otro destino. Por más que traté de indagar dónde lo mandaron, eso no fue posible. Tal vez terminó en alguna clínica privada. Lo cierto es que nadie supo ni nadie vio. Así que quienes cometen esos delitos quedan amparados por el silencio de quienes tienen miedo. Pareciera que a nadie le duele lo público, a nadie le duele lo que es de todos. ¿Tiene este tipo de agresión al sistema de salud algo que ver con las sanciones o el bloqueo? ¡No me joroben la paciencia y dejémonos de hacernos los desentendidos y los zoquetes, y reconozcamos que muchos somos responsables por omisión!

 ¿Acaso nunca se han preguntado por qué nunca falta el dinero para vehículos oficiales costosísimos, vida de ricos y bonche parejo, incluida la contratación de artistas internacionales reconocidos que no vienen por tres lochas? ¿Se han preguntado por qué siempre falta el dinero para salud? Es muy sencillo: dirigentes políticos tanto de la cuarta como de la quinta República saben que un grueso de la población por falta de formación ciudadana, entre otras razones, se conforma con el circo, aunque haya poco pan y pésima atención de la salud. Sin embargo, hay que reconocer que   tanto en la cuarta como en la quinta se han hecho esfuerzos importantes por la salud, pero muy poco por combatir la corrupción enquistada en el sector.

No podemos desconocer el esfuerzo hecho por el gobierno del presidente Chávez con la creación en cada una de las entidades federales de los Centro de Diagnóstico Integral (CDI); Servicio de Rehabilitación Integral (SRI); Centro de Alta Tecnología (CAT). ¿Quién puede negar la bondad de la Misión Milagros a nivel nacional? Duélale a quien le duela, en el estado Portuguesa en el ambulatorio J: R: Azuaje de Guanare hubo una atención oftalmológica masiva y de calidad entre el 2003 y el 2008, con recursos exclusivo de la gobernación. Desde el 2006 o 2007, el gobierno nacional a través de la delegación cubana instaló la Misión en Acarigua. Probablemente, ya nadie se acuerda de las Unidades rehabilitadas y creadas por el Gobierno Bolivariano de Portuguesa en los Hospitales Miguel Oraá de Guanare y J. M. Casal Ramos de Acarigua- Araure entre el 2001 y el 2008. Como pueden ver, no basta invertir juiciosamente, hay que darles mantenimiento preventivo y correctivo a los equipos. Hay que cuidar, hay que tener sentido de pertenencia, hay que querer a la gente, hay que querer a la Patria.  

A los servicios de oncología, neonatología, diálisis, trasplante de riñones, implante de marca paso, entre otros, los devoró la mediocridad de algunos que se jactan de revolucionarios y sólo son unos pobres de espíritu que no entienden qué es eso de continuidad administrativa, que no entienden que los funcionarios somos transitorios, pero las instituciones son permanentes. A los servicios anteriores se los comió la falta de mantenimiento debido a la desidia, indolencia, burocratismo; debido a los mediocres y los ladrones de siempre, que ahora quieren tapar su egoísmo, ineficiencia y corrupción con las sanciones y el bloqueo, que aunque hacen daño al país, y por lo tanto son medidas repudiables, no son el origen de los males de Venezuela. El acceso al derecho a una salud gratuita y de calidad consagrados en la CRBV comenzó a venirse a menos mucho antes del 2015, cuando se sintió con fuerza en la economía la consecuencia de la disminución de los precios del petróleo, cuya caída comenzó en el 2014. Sin embargo, hay gente tan ciega y obnubilada que atribuye al bloqueo de PDVSA que fue en el 2018, toda la decadencia en la prestación de la salud pública ¡No hay peor ciego que el que no quiere ver!

Así que a quienes andan buscando candidatos para presidente de la República para las elecciones del 2024, les advertimos que el requisito más importante que se debe solicitar a quien aspire, es que se comprometa bajo fe de juramento a cumplir y hacer cumplir la CRBV en todas sus partes; y que si no lo hace lo sacaremos del poder con la misma CRBV ¿Que la CRBV no es perfecta? Nadie dijo que lo fuera, pero es perfectible y ella misma establece los mecanismos para su enmienda o reforma. Sin embargo, nadie debería dudar, que si tuviéramos ciudadanos conocedores y cumplidores de nuestro contrato social (CRBV) y por lo tanto dispuestos a sacar del poder con votos a quienes no cumplan, otra sería la suerte de Venezuela. Así que una de las tareas pendiente de quienes se autodenominan líderes es impulsar por todas las vías la formación de ciudadanos conscientes de sus deberes y de sus derechos. Sólo así perderá vigencia una gran verdad de Bolívar en Angostura: “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza… un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”.

Guanare, 28 de abril de 2022

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