Hipócritamente la agroindustria nacional siempre dice que apuesta a la recuperación económica del país, eso sí, que no salga de los bolsillos de los poderosos brazos económicos que rodean a la industria convertidora de materia prima nacional.

Del bolsillo de la agroindustria salen los bolívares, que paga el pueblo por la harina; para comprar  a la banca nacional a BCV, los dólares para comprar maíz blanco y transgénico, prohibido sembrarlo aquí, pero se acepta traerlo listo para el consumo, todo  para apoyar a los productores de México, los productores subsidiados de EEUU y otros países.

Un grano viejo y hediondo, guardado en los silos gringo hasta por 7 años; al que no le meten 18% de humedad, no 10 por ciento de impurezas, «ese pasa colado” !claro, es importado, por favor!, eso solo se le hace al nacional, para robar al juan Bimba.

Todo, porque el negocio deja mucha ganancia, porque les sale más barato, por las preferencias que el gobierno nacional aplica, Y el ministro Castro Soteldo, explicando la teoría de Mao Zedong o las estrategias del libro “El oráculo del Guerrero”.

Este año no hay un arancel especial a las importaciones como ocurrió en años pasados, todo se conjuga, para que el pequeño, mediano y gran productor de maíz, tenga que bajarse los pantalones y aceptar un precio, impuesto como no, por Polar y Lorenzo Mendoza; máximo a 0.30, por kilo,  si acaso.

En este contexto «los periodistas» son los que joden, y no el importador desalmado que hoy en el presente ciclo invierno 2023, te financia insumos y te cobra en maíz; 2.300 por hectáreas, ¿a qué precio creerá el gobierno que pagará la industria financiadora de insumos por la cosecha nacional?

Mucha gente que desconoce de estos temas se pregunta ¿y para qué financian, por qué no compran el maíz importado y ya?, !Sencillo!, para ligar el maíz viejo y hediondo con la cosecha nacional limpia y pura, para recoger los bolívares otra vez, con el cual paga al productor, y le alcanza para comprar el dólar BCV, con el que le paga al productor extranjero. Como dijo alguna vez el exministro de Cordiplan Teodoro Petkoff, “estamos mal, pero vamos bien”.

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