Isaías Landaeta, es un venezolano común curioso por la fotografía y por el turismo en Venezuela.
Cuenta que hace 6 años supo que entre enero y febrero, los campos de siembra de El Playón, en el municipio Santa Rosalía del estado Portuguesa; se plagaban de un amarillo intenso y los alrededores empezaban a oler a Girasol.
“Eran extensiones gigantes de siembra, con la finalidad de extraer el aceite de las semillas. Desde que supe esto, quise ir, recuerdo que hasta me hice amigo de alguien de Turén y todos los años le preguntaba si habían sembrado”.
La verdad es que, durante exactamente 6 años, no se sembró más girasoles porque dejó de ser rentable para los agricultores, y los habitantes extrañaban aquel acontecimiento de principio de año.
Este año, se rompió ese ciclo y decidieron apostar nuevamente al ensayo de recuperarlo, la siembra comenzó en noviembre y los capullos empezaron a florecer entre enero y febrero. A penas lo vi por la ventana de mis costillas, corrí a escribirle a @bitacoras360 para organizar mi visita.
El olor a girasol era intenso y perfumaba absolutamente todo. Además, estaban en su apogeo, mirando hacia arriba completamente. pic.twitter.com/iBfjMTw2GU
— Isaías Landaeta (@IsaiasLandaeta) January 29, 2023
@whereisnoa (el japonés que está desde hace 3 meses mochileando por Venezuela haciendo vlogs de viaje) y yo teníamos tiempo queriendo viajar juntos, pero no lográbamos coincidir. muchos de ustedes me lo mandaban por DM, para que viajara con él y fue en este trip que lo logramos!
Fue increíble escuchar lo mucho que una persona de una cultura tan diferente, puede conectar con Venezuela y su gente. Ha viajado por Mérida, la cima de Roraima, Caracas, Valencia (se declaró magallanero), La costa de Aragua, conoció Petare, etc. y me cuenta que los venezolanos han sido increíblemente hospitalarios con él.
Fue así como el japonés, mi prima y yo nos lanzamos en carretera desde Caracas para conocer un paisaje que no tiene nada que envidiarle a los campos de lavanda de Provincia, en Francia o los tulipanes de Holanda. De los mejores atardeceres que he vivido.
Seguimos recorriendo cada rincón donde se escondan historias como esta, sumando pasajeros y vacilando cada paso del camino.