Por siglos, la mente humana ha transitado por innumerables pensamientos, doctrinas, filosofías, sistemas y hasta inequívocos caminos de la historia.
En ese devenir del tiempo, hemos visto cíclicamente con sus variantes, las formas del sentido común aplicado por esta mente humana, dependiendo de su entorno. El desarrollo científico y más ahora con lo avanzado de las comunicaciones, pone a prueba el tamiz de este raciocinio del hombre para convivir entre sus quejas del día a día y el terror de la información que lo lleva a estados de encierro y a quedarse “desde el jardín “ de Kosinski (en su obra conocida literariamente como “El Pájaro Pintado), simulando las actitudes e histrionismo del personaje central de esa obra; “Chance”, que a la sazón tiene un nombre sugestivo para el castellano.
Así vemos la apariencia de personas que se dicen doctas o conocedoras de un oficio, pero cuyas facultades personales no van más allá de lo que vivió este personaje, es decir, mirar todo desde el jardín y con lenguaje aprendido por la televisión.
Actualmente, y paradójicamente con dicha obra, vemos a este mismo tipo de personas desde sus trincheras personales, con un lenguaje imbuido en consignas de otros tiempos pero inducidas al logro del servilismo político. Son personajes que no ven más allá de su realidad disociada de sus jardines y de sus actuales redes sociales. Consiste en el fenómeno del encierro vestido para la fiesta sin ser invitados.
Mientras tanto, de otro sector, se maquillan planes y estrategias que conllevan una suerte de pseudo ideología de la obediencia. Hablo de una conciencia que gesticula con argumentos que parecen ciertos, pero que se desvanecen ante los intereses mezquinos de quienes los crean.
Así se habla de nuevo orden mundial, como si en verdad existiera el desorden de la existencia misma del hombre. Se sanciona al capital, pero todos mantienen una lucha para el logro y control de monedas y riquezas como el oro. Como entender esta disparidad ante postulados bíblicos y ahora políticos, de que la “riqueza es mala”?. Pues de perogrullo importará un pepino para quienes nada tienen, pero en el fondo de cada mente la intención y necesidad de la lucha se centrará siempre en la obtención de mejoras económicas que revierten necesariamente ante la riqueza.
Eso es lo que de alguna forma le damos a esta connotación de análisis, ver la desnudez de la apariencia al supuesto buen gusto. El uso de marcas reconocidas y recicladas por los chinos, generan un nuevo status de gentes unidas por la moda.
Esta fórmula de nuevos ricos sin querer riquezas, ha sido un tanto desadaptada a los designios del establishment que impone no solo la moda, sino la línea de quienes hacen de la vanidad y lo banal, su Norte para estar “in” en su accionar político social.
Nuestro país ya conoce a muchos “Chance” (me refiero al personaje central de la obra de Kosinski), de quienes hemos recibido una verborrea copiada y sin fundamentos; gentes vacías en su interior mental desprovistos del análisis y criterio propio. Todo un conjunto de acólitos unidos por la visión direccionada “desde el mismo jardín” que se desnuda en la apariencia de un desarrollo imaginario y la realidad de una sociedad en decadencia alejada de los valores éticos y morales.

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