Antonia Muñoz

Por lo general, los dichos encierran grandes verdades porque son producto de muchísimas observaciones de conducta a lo largo del tiempo. En verdad, un mismo evento puede ser visto o interpretado de muchas maneras dependiendo del observador. Sabiendo que esto se cumple en el campo de la política, y el caso de Venezuela no es la excepción, intentaremos una vez más presentar algunas ideas sobre nuestra particular visión de cómo proceder y por donde comenzar con relación a seleccionar aspirantes para ser contendores contra Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2024. Nos preocupa observar que la prioridad o urgencia sea seleccionar el candidato. Ya incluso hay una lista de presidenciables. Algo así como comenzar a construir una casa por el techo. Fíjense que consideramos que lo primero que hay que establecer es un programa donde no pueden faltar  las normativas legales y éticas que debe cumplir quien pretenda ser presidente de Venezuela con la seria intención de enderezar el rumbo. Esto no se trata de cambiar una cara por otra. Esto no se trata de cambiar un arbitrario por otro. Esto no se trata de cambiar un sordo por otro. Tampoco se trata de “quítate tú para ponerme yo”… y que siga la guachafita. Es hora de enseriar la política y que todos nos sujetemos al imperio de la ley. Si desestimamos esta advertencia, la historia volverá a repetirse.

Para explicar la propuesta, que no tiene nada de novedosa, me permito recordar que en buena parte nuestro país no funciona porque quienes se hacen del poder a través de los votos no respetan nuestras leyes, incluyendo la Constitución. Esto implica que usen la Constitución a su libre saber y entender, conduciendo todo a la falta de independencia de Poderes. Cuando uno solo tiene todo el poder, no es posible administrar justicia con objetividad sino de forma sesgada, lo que permite que los delitos de toda naturaleza, comenzando por los de corrupción, queden impunes. Alguien podrá decir: eso lo sabemos. Pues sí, lo sabemos y lo permitimos casi sin inmutarnos. Unos apoyan este “estado de cosas” por acomodaticios o aduladores de quien quiera que detente el poder. Una buena parte de la población no reacciona por desconocimiento del contenido de nuestra Constitución y de las leyes que de élla se desprenden.

Como nos enseñara Don Simón Rodríguez: QUIEN NADA SABE CUALQUIERA LO ENGAÑA. Simón Bolívar, quien aprendió de su maestro, amplió este concepto cuando expresó en Angostura, hace un poco más de 2002 años: POR EL ENGAÑO SE NOS HA DOMINADO MÁS QUE POR LA FUERZA… UN PUEBLO IGNORANTE ES INSTRUMENTO CIEGO DE SU PROPIA DESTRUCCIÓN. Aparentemente, esto es lo que conviene a quienes secuestran y se enquistan en el poder. Tal vez por eso la educación que se impulsa desde la escuela y a través de los medios no coloca mayor énfasis en formar ciudadanos que conozcan sus deberes y derechos. Sin duda, nadie quiere ni defiende lo que no conoce. Al desconocimiento de los deberes y derechos de buena parte de la población, se une el miedo “al gobierno”, porque saben que la exclusión, la retaliación y la persecución, son armas usadas por quienes llegan al poder para ejercer dominio, subyugar a la población y crear una relación de dependencia.

¿Probablemente, alguien pudiera preguntarse. Y cómo hacemos para que el Presidente y su equipo respeten la CRBV? Eso es precisamente lo que tenemos que discutir con la gente hasta que logremos la comprensión de este asunto tan coyuntural y definitorio, porque en este momento la mayoría de los ciudadanos no cree ni en la política ni en los políticos venezolanos. En parte, eso explica la alta abstención en los últimos procesos. Una encuesta de hace unas dos semanas atrás reporta que 63 % de los venezolanos no quiere que el Presidente del 2024 venga ni del chavismo ni de la oposición. Ya por ahí se asoma la idea que la solución sería un “outsider”. En lo personal no me asusta esa posibilidad; sin embargo, si se permite que ese «Mesías» viole la CRBV y el ordenamiento jurídico del país, se volvería a repetir la misma historia. Por lo tanto, no hay duda que quien aspire a gobernar a Venezuela debe tener una hoja de vida que mostrar con relación a ética, respeto al ordenamiento jurídico, conocimiento y experiencia de trabajo.

Quien aspire a gobernar al país, debería tener muy claro que la mayoría de la población no quiere gobernantes autoritarios, que en su afán de imponer la idea de un pensamiento único, violan muchos derechos consagrados en la CRBV. Aunque parezca irrelevante, parte de las pérdidas materiales del país tienen que ver con las incontables obras inconclusas debido a la mala planificación y peor implementación de los planes y proyectos, a la corrupción y a la falta de continuidad administrativa. Con relación a esto último, lamentablemente llegan a función de gobierno muchos mediocres que nunca aprendieron que los funcionarios son pasajeros, pero las instituciones son permanentes. Como además de egoístas, muchos son cortoplacistas, el país sufre la tragedia de no ver concluido muchos planes de desarrollo que por su naturaleza se logran a mediano y largo plazo.

Así mismo,  si queremos que un gobierno marche con cierta eficiencia y menos despilfarro de los recursos de la nación , quienes pretendan gobernar deben entender y practicar algo muy elemental que siempre ignoran, como es el mantenimiento preventivo y correctivo. Por ignorar estas «simplezas» en la administración pública dejaron desvencijar el sistema eléctrico, a PDVSA, a la Infraestructura vial, sanitaria, escolar, acueducto y saneamiento, a Movilnet, a la maquinaria agrícola, a muchos sistemas de riego… y pare Ud. de contar. Incluso, aunque el mantenimiento preventivo alarga la vida de cualquier equipo, maquinaria o sistema, llegará el momento que a todo se los tragará la obsolescencia. Todo lo anterior ocurre,  acompañado siempre muy de cerca por la indolencia,  la incapacidad y la inefable corrupción. Esto sólo a manera de ejemplo para hacernos entender. Una regla de oro puede ser: detectemos que es lo que no deja que nuestro país funcione  y busquemos los mecanismos para corregirlo. Después que tengamos el Plan de Recuperación Nacional, es tiempo de seleccionar al equipo humano que se comprometa a cumplirlo. Muy importante discutir con los ciudadanos el cómo hacerlo. Finalmente, no se puede olvidar la sanción a quien no cumpla. La CRBV señala que la evaluación del presidente se realiza a la mitad del mandato.

23 de junio de 2022.

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