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Acarigua, Portuguesa. – En la esquina de lo que hoy muchos recuerdan como el Salón de Pipe, en diagonal al edificio de Radio Acarigua, se alzaba un lugar que, por un breve pero intenso período, se convirtió en el epicentro de la vida social y cultural de la ciudad: la discoteca Tótem. Un espacio de leyenda que, aunque fue consumido por las llamas a finales de 1978, permanece vivo en el recuerdo de quienes tuvieron el privilegio de vivirlo.⁣

A finales de los años 70, Acarigua se vistió de gala con la inauguración de Tótem. No era solo una discoteca; era un complejo de entretenimiento con una imponente pista de baile, sala para presentaciones de artistas de renombre y espectáculos diversos. Su logo, moderno y emblemático, prometía una experiencia única.⁣

«Era el sitio de trabajo lleno de bellos recuerdos», comenta un testigo de la época, quien también recuerda con cariño a su gran amigo, el fallecido Manuel Benítez ‘El Cordobés’, uno de los fundadores de la emisora Acarigueña 92.9 FM. «Manuel era el artista de planta en el ‘1 x 1’, una modalidad donde se enfrentaban un artista de fuera y otro local. Las famosas matinés… ¡qué tiempos tan buenos y bonitos!».⁣

El Vermut de los jueves y los fines de semana inolvidables⁣

Tótem era el punto de encuentro para diferentes generaciones. Para los más jóvenes, como una asistente que recuerda aquellos días, «iba con mis amigos a bailar en el matiné los jueves en la tarde cuando tenía 15 años». Después de graduarse de bachillerato, las visitas a sus padres se convertían en una excusa perfecta para reunirse con el grupo y bailar los fines de semana. «Era una buena discoteca», afirma, resumiendo el sentimiento de una comunidad.⁣

⁣El domingo trágico: el incendio que apagó la música⁣


La fiesta llegó a su fin de la manera más dramática y triste. A finales del año 78, un domingo que comenzó con la inusual cancelación del matiné de las 3 de la tarde, terminó en catástrofe. Entre las 8 y 9 de la noche, un voraz incendio devoró por completo el local.⁣

«Fue muy triste cuando se quemó», relata un vecino que presenció el siniestro. «Yo vivía al lado de la Pescadería España y pude ver el lamentable siniestro. Se dice que fue intencional, que los socios, de origen español, tenían problemas entre ellos».⁣

El incendio no solo destruyó un local, sino que apagó un símbolo. La música calló, la pista de baile se enfrió y un pedazo de la juventud acarigueña se transformó en memoria.⁣

Hoy, décadas después, el nombre «Tótem» se pronuncia con un dejo de nostalgia. Es un recuerdo compartido por una generación que bailó, rió y vivió bajo sus luces, un «tiempos aquellos» que el fuego no pudo borrar del todo y que perdura en las anécdotas de quienes lo hicieron posible y lo disfrutaron.

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