
En consideración del militante revolucionario bolivariano Homar Garcés, la situación creada por el gobierno de Estados Unidos con las deportaciones masivas de inmigrantes venezolanos y de otras naciones a las cárceles de Guantánamo y El Salvador no es algo que deba condenarse simplemente por ser la expresión más perversa del supremacismo y de la xenofobia mostrada por el imperialismo yanqui bajo el mandato de Donald Trump.
«Tenemos que tener en cuenta que es el producto de la visión eurocentrista heredada por los estadounidenses, la misma que les impulsó a llevar a cabo las masacres contra los pueblos originarios para despojarlos de sus tierras ancestrales y que ha tenido un efecto nefasto en la historia común de los países latinoamericanos y caribeños, con sus invasiones y los derrocamientos de gobiernos que no son del agrado de Washington», reveló Garcés.
Señaló que la preocupación y la iniciativa mostradas por el presidente Nicolás Maduro de rescatar a los venezolanos apresados bajo el pretexto de pertenecer a bandas criminales tendrían que ser compartidas por toda la población, indiferentemente de cual sea la ideología política que se tenga. «Por otra parte, es necesario que el gobierno venezolano se articule con los demás gobiernos del hemisferio para que haya una condena contundente en los diferentes organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, comenzando por la Corte Penal Internacional, de la que reniega Donald Trump, pues es claro que las autoridades gringas están violentando todos los preceptos existentes en cuanto a esta materia, la misma que le ha servido a los últimos cuatro gobiernos estadounidenses para etiquetar como Estados forajidos y dictatoriales a una serie de países por el simple hecho de no obedecer sus órdenes imperiales», continuó diciendo el revolucionario bolivariano.
Adicionó que se le debe atribuir a la dirigencia de la derecha reaccionaria encabezada por María Corina Machado que a estos compatriotas se les humille y se les acuse sin pruebas irrefutables de formar parte del mal llamado Tren de Aragua, luego que, por largo tiempo, estuvo instigándolos a abandonar el país y crearles la ilusión de ser bienvenidos en el país del norte, en una estrategia cruel con el propósito único de obtener el poder, así esto signifique acabar con el pueblo venezolano por el pecado de haber apoyado al chavismo. «Como tal, ella y sus secuaces disociados han contribuido a convertir a quienes se hallan en otras latitudes en blanco preferente de los prejuicios racistas y xenófobos, lo que encaja en una serie de delitos contra la dignidad humana que deben castigarse de acuerdo a la ley», concluyó Homar Garcés.
