
La alerta de tsunami en varias regiones de Chile y la evacuación de casi todo el borde costero en pleno verano provocó una gran agitación en el país, que todavía sigue pendiente de los posibles efectos de la erupción de un volcán cerca de la isla de Tonga, en el océano Pacífico.

El desalojo de las playas se desarrolló en general con relativa calma, aunque se registraron algunos tacos de automóviles y aglomeraciones de peatones tratando de alejarse de la costa con enseres y mascotas en las zonas costeras más concurridas.
