Este Real Madrid tiene algo imposible de describir que le hace superar, uno tras otro, a rivales superiores tanto sobre el papel como sobre el campo. 

Puede ser el peso del escudo de la camiseta. O la Copa de Europa, tan mitificada en el club o su afición, es difícil saberlo.

Lo único cierto es que los blancos están de nuevo en semifinales tras eliminar al vigente campeón de Europa, un equipo que fue superior en el Bernabéu y que llegó a ir por delante en la serie pero que no le fue suficiente.

La magia y constancia de Modric y otro gol más de Benzema colocan a los de Ancelotti a un paso de la final de la Champions.

No tenían nada que perder los ingleses, y Tuchel sorprendió con una alineación ofensiva, consciente de que debían ir a por todas: adiós a los tres centrales y un once muy, muy al ataque.

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