*Los 2 Paez *

Un héroe tan singular como J.A.P. despierta acaloradas pasiones a favor o en contra, un crítico imparcial o un lector que estudie al centauro de los llanos se encontrara con dos Páez, el primero: el héroe de la independencia de 1812 a 1821, un héroe que sobresalió en batallas como: el Yagual (1816), Mucuritas (1817), Toma de las flecheras (1818), Queseras del medio (1819), Batalla de Carabobo (1821), entre otras.

Un héroe que participo en batallas donde se le atribuyeron cualidades sobre humanas y sobrenaturales, que llevaron a compararlo con la figura mitológica de los centauros griegos, un héroe del que sus contemporáneos decían que estaba poseído de una carga de impulsos y emociones que lo ponían en contacto con una realidad que esta mas allá de los sentidos.

Otro contemporáneo que sintió profunda admiración por el centauro de los llanos, fue el mismo Gral. Pablo Morillo, quien fue el encargado del ejército español que quiso someter a Venezuela y a la Nueva Granada nuevamente al dominio de España; Morillo siempre manifestó su deseo de conocer personalmente a Páez, tanta fue su admiración que al regresar a su tierra natal y entrevistarse con el rey de España Fernando VII, este lo increpo por haberse dejado derrotar por unos salvajes, unos campesinos, a lo que el Gral. Morillo reputó: “Su Majestad, es que no son ningunos salvajes, si usted me da un Páez y 100mil llaneros de Apure, le pongo a toda Europa a sus pies»

El otro Páez, el caudillo supremo, el que separa a Venezuela de la Gran Colombia, el jefe indiscutible de la oligarquía criolla, en cuyo gobierno se aprueba la Ley del 10 de abril que favorecía a los prestamistas frente a sus deudores, la mayoría integrada por agricultores, según esta ley el prestamista quedaba en libertad, les fijaron intereses y condiciones del préstamo, así como, rematar los bienes de los deudores; esta situación llevo a la ruina a muchos de los deudores cuya propiedad pasaron a manos de los prestamistas. Otra ley que fue aprobada en el periodo godo, fue la reforma de la manumisión la cual elevaba la edad para la libertad de los hijos de esclavos.

Para entender las razones que conllevan a este cambio del Páez héroe al Páez conservador es necesario estudiar el proceso socio-histórico amplio y su relación dialéctica entre factores subjetivos y objetivos del periodo de 1822 a 1830. El marxismo no niega el papel del individuo en su historia pero ha demostrado como los rasgos personales reflejan un contexto histórico y social determinado, los que hacen historia ciertamente pueden influir con sus acciones, pero el resultado de sus acciones están estrictamente limitados por el contexto socio-económico que existe independientemente de su voluntad, aunque es bien cierto que sabiendo interpretar y leer las circunstancias un grupo de individuos puede inclinar la balanza de un lado a otro.

Después de 12 años de guerras la Gran Colombia se encuentra en una ruina total, y con unos medios de comunicación deficientes que no permitían contacto desde Bogotá con el resto de las provincias de la republica, lo cual fue generando malestar entre venezolanos y neogranadinos, a esto se le suma la falta de una formación política de altura que permitiese entender el proyecto continental del Libertador, la constitución de Cúcuta, la designación de Francisco de Paula Santander como Vicepresidente de la Republica, la escogencia de un sistema centralista en vez de uno federal y el nombramiento de Bogotá como capital despertaba en los venezolanos su sentimiento regionalista, los cuales reconocían la autoridad de Bolívar pero desconocían la de Santander y el senado que se encontraba en Bogotá.

El catalizador que detona la diferencia entre venezolanos y neogranadinos es la orden de destituir al Gral. Páez de su mandato, por haber demorado por casi un año la ejecución de la orden emanada desde Bogotá de reclutar hombres para el ejercito; temeroso no solo de un motín general, sino para así demostrar su desagrado ante las decisiones del gobierno. Posteriormente y debido a las continuas presiones bogotanas decidió acatar el llamado a alistamiento de los venezolanos. Sin embargo el Vicepresidente Santander se aprovechó de la situación que planteaban desde el Concejo Municipal de Caracas para solicitar que el Congreso actuara con mucha prudencia frente a una crisis política que afectaba la relación entre Venezuela y Bogotá.

Para el año de 1826, la situación se tornaba mas delicada en Venezuela, y se presentía un imperioso enfrentamiento entre Santander, Bolívar y Páez. Este último convoca a elección de diputados con la finalidad conformar un nuevo congreso constituyente para el mes de enero de 1827 el cual le daría un nuevo sistema legal al país. Bolívar al enterarse de la situación sale desde Lima rumbo a Venezuela x arribando a Puerto Cabello el 31 de diciembre de 1826. Días después en la población de Naguanagua se encuentra con Páez, ahí se abrazan y reafirman su unión libertadora, finalmente entraran juntos a Valencia y Caracas, ciudad donde el Libertador otorga una amnistía general y ratifica a José Antonio Páez Herrera como Jefe Civil y Militar del Departamento de Venezuela.

Cabe destacar, que no era Páez el causante de esta crisis, sino el que buscaba una salida de ella, portándose siempre sumiso a las órdenes del Libertador. Para muestra de ello, citando palabras de Fernando Peñalver quien se negaba a reconocer la autoridad de Páez, se dirige al Libertador de la siguiente manera: “El General Páez manifiesta por ti el mayor respeto y consideración, y te ha proclamado en el ejército y en todas partes. Aunque dice que no recibirá órdenes de Bogotá, ha ofrecido mantener las cosas en el estado en que estaban, sin hacer ninguna novedad hasta que vengas y resuelvas lo que te parezca conveniente…” Analizando los factores internos y externos influyentes en el accionar confuso de estas dos visiones del Gral. Páez, se podría tomar como por ejemplo el proyecto libertario de Cuba y Puerto Rico donde a pesar de conocer la intransigente posición de Estados Unidos, todavía en 1827 Bolívar insistía en los intentos para la independencia de las islas, ilusionado con la coyuntura favorable creada por la supuesta guerra que creía había estallado entre España e Inglaterra, estas responsabilidades recaían sobre Páez y Sucre respectivamente, las cuales no se concretaron porque chocaron directamente con los intereses de la naciente Potencia Norteamericana como lo manifiestan a través de uno de sus representantes (Mr. Clay), “Ninguna potencia, ni aun la misma España, en todos los sentidos, tiene un interés de tanta entidad como los estados unidos en la suerte futura de la isla.

Nuestra política con respecto a ella esta franca y enteramente descifrada en la nota a míster Middleton. En ella manifestamos que, por lo que respecta a nosotros, no deseamos ningún cambio en la posesión ni condición política de la isla, y no veríamos con indiferencia el que del poder de España pasase al de otra potencia europea. Tampoco querríamos que se transfiriese o agregase a ninguno de los nuevos estados de América…” Sin duda esto se trataba del último intento bolivariano para conseguir la independencia de Cuba y Puerto Rico junto al resto de las antiguas colonias de España en América. Pero los cálculos hechos por Bolívar, a partir del posible apoyo inglés, se desvanecieron al confirmarse la falsedad de las noticias sobre la guerra con España. Al problema de la invariable correlación de fuerzas internacionales adversas se sumó la inesperada sublevación de las tropas colombianas en Lima (26 de enero de 1827) y la reiterada oposición de Estados Unidos a cualquier expedición libertadora a Cuba y Puerto Rico. Así lo evaluó Páez en sus Memorias.

Se podría o no cuestionar al león de Payara en su actuar ante la cosiata, algunos podrían calificarlo de traidor, otros podrían aplaudir su patriotismo, nacionalismo y venezolanismo mas sin embargo la suspicacia podría retomar fuerza en su accionar como presidente de Venezuela, al desviar los planteamiento libertarios y de igualdad que fueron bandera de lucha durante el proceso emancipador, donde se gobernó para una casta y no para la mayoría, que era la clase desposeída y que jugaron un papel importante en la gesta independentista como soldados. Pero también se debe evaluar como el proceso revolucionario de aquellos años permitió formar grandes guerreros, pero a su vez no permitió que obtuvieran una formación ideológica y política de altura. De allí tomamos la frase de Lenin: “no hay practica revolucionaria sin teoría revolucionaria”, esto podría ser causal importante del accionar del Gral. Llanero.

El materialismo histórico nos demuestra la necesidad de formar cuadros que puedan continuar la lucha sin desvirtuar su esencia. La gesta independentista, nuestro Libertador, nuestro Prócer “el centauro de los llanos”, y demás luchadores y próceres hoy más que nunca se encuentran presente en cada uno de los que luchamos por la construcción de la Patria Grande. No podemos cometer los mismos errores del pasado “hay veces que la historia exige un Lenin o un Trotsky, pero hay otros momentos en que se hace notar un Stalin…” es el momento histórico lo que da al individuo el campo de acción necesario. Como decimos ahora la lucha por la independencia continua.

Ronald Sanchez «Gallito»
Junio 2012

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