Venimos siendo testigos del acontecer diario, y vemos señalamientos, acusaciones y críticas que van y vienen. El protagonismo político inunda nuestras redes de manera vertiginosa en el ambito de nuestro gobierno regional y municipales, haciendo de lo que debería ser algo cotidiano, como un gran logro o una gestión encomiable.
Ahora tenemos los súper gobernantes del selfie pero faltos de criterios y argumentos. Basta oírlos en mensajes o entrevistas. La gala de la mentira trasluce la verdad como hecho contrapuesto. Algo así como si hay luz debe haber la sombra. De esta manera, los escenarios se encienden y se traspolan a quienes en la oposición se dicen fieles a una causa, siendo que su verdad configura la peor manifestación de lealtad que pueda conocerse. Esa actitud de los partidos de la oposición, ahora aparentemente sumados todos a una causa común; se simbolizan al ya trillado slogans oficialistas de ser “leales”. Nos preguntamos: leales a qué o a quienes?
Triste escenario donde la verticalidad con que cada uno de estos candidatos (a mi modo de ver, no son líderes; salvo escasas excepciones), promueve un paralelismo geométrico inalcanzable e irrealizable. Ahora los niveles de querer participar en la venidera contienda ha multiplicado las apetencias; tanto del lado oficialista como de los que se denominan oposición. Empero, la falta de integridad; entendida ésta como la disposición de realizar actos honestos y éticos sancionados por nosotros mismos, ajustados a principios y valores axiológicos del buen padre de familia (siguiendo la égida romana); nos hacen concluir en que ahora como nunca debemos ser reflexivos y cautos a la hora de elegir entre este tsunami de candidatos.
Debemos apuntar a personalidades moralmente impermeables, que hayan sido reconocidos en su modo de vivir honestamente y apegados a la doctrina del pueblo. Un buen perfil de gobernador, debe tener algo más que ganas de querer serlo; debe permitir el ejemplo en su actuar y desarrollar ese acercamiento entre lo social y lo político. En Portuguesa, creo que en el oficialismo tendría oportunidad de llenar estos requisitos el Almirante Castañeda, quien estuvo al frente del Gobierno regional y dejó una estela de compromiso, ganas y acción con la gente. De suyo se le veía constantemente atendiendo a la gente y conformando equipos de gestión en ese sentido. También demostró lealtad y evidencia integridad. Debería tener su puesto ganado para enfrentar de otra parte, a quien si bien es cierto, no es opositora; pero llena igualmente los conceptos aquí analizados, también con experiencia como lo es la Profesora Antonia Muñoz. Sería interesante ese panorama. Aunque ya los tiempos no son los mismos para la negra, pero podria colaborar diligentemente en el caso de que el Almirante gane. Creo que nuestro estado merece ese rumbo. Esperemos que ocurra. Cualquier otra visión en este aspecto, habrá que tener presente la verdad, la lealtad y la integridad de cada candidato. Creo que eso depuraría la larga lista.

Rafael García González.

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