
Ante la euforia de un momento político donde observamos a diferentes actores de candidatxs; se sumerge la realidad de una transformación económica que vuelve a aniquilar la mediana estabilidad de los bolsillos de los venezolanos. La incertidumbre y la duda, recuerdan la fábula del lobo; ya nada es verdad, y cuando ocurra pues nadie la creerá. Esta difícil coyuntura que a mi parecer ha traspasado ese adjetivo para ubicarse en una suerte de estructura económica al garete, genera un sin sabor sin caminos abiertos en este tema. No hay planificación ni orden financiero. Parece que el gobierno quisiera sacar de la chistera las soluciones a una economía que se desvanece y pulveriza el día a día de la gente. La improvisación y esa extraña manera de pensar que todo está bien, viene arrastrando las voluntades de un cotidiano que se añora en el tiempo. Cada día, quienes en algún momento vivimos antes en un país menos complicado, con más razones de sueños y esperanza en su juventud y su niñez, vivimos ahora en la zozobra de un porvenir agorero y funesto. La pregunta es, Que hacer?, Hasta cuando se piensa ordenar sin orden?. Mientras tanto, el carnaval partidista del oficialismo celebra sus candidatxs puestos a dedo y sin obedecer a realidades. Hay más pena que Gloria, en estos liderazgos iconograficos, que no perfilan ni atraen a un electorado impávido ante la desgracia de un país grande y una dirigencia política que se quedó en esta ola de negocios e intereses particulares. Tanto oficialistas como opositores, asisten a la última cena, allí todos son Pedro y Judas. No hay santo por quien rogar. Algunas voces que creímos agoreras y disidentes, hoy cobran valor y parece la única salida. Voz de una mujer que llama el Vente Venezuela, salva su voto en esta vorágine de insólitas desventuras. Algunos les extrañará este comentario de mi parte, pero del lado opositor hoy día Maria Corina es la única que ha sido fiel a su verbo y acción. Los demás, pues rodaron y junto a las estrategias del partido de gobierno, asumen su lugar desde Mexico para una triste historia desvencijada. Economía y Política, quizás recuerden aquel aforismo anglosajón entre el Diablo y Hacienda. Veo con profundo dolor y tristeza un QUO VADIS desenmascarando realidades. Todos quienes hoy viven su condición de candidatxs, esperan pleitesías y hasta jalabolismos simbólicos por su actuación. Mientras tanto, siguen olvidando al actor principal que es la gente, el pueblo; el protagonista que sufre y al que cada día le quitan sus sueños y esperanzas de ser grandes en valores humanos y desarrollo intelectual. QUO VADIS!!!
Rafael García González
C. I. 5.949.456
