
María Ulacio Alcántara
Ya en la recta final de esta campaña interna a las elecciones de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y observando todo el desarrollo de esta, dónde a todas luces existe un claro y ventajoso despliegue de publicidad y uso de bienes del estado para convertir la democracia en mercancía, seré muy precisa en lo que comentaré.
El General de División (GN) /Doctor Nerio Galbán, señala que, «Todo político que te ofrezca dinero, neveras, cocinas, vehículos, viviendas, medicamentos, bolsas de comida, teléfonos, laptops para que votes por el, sepa usted, que ese no es ningún político nada, ese es un comerciante, un traficante de Democracia».
Pero yo voy más allá de todos esos señalamientos que ha hecho el doctor Gabán, yo diría que es la manera más cuarta republicana, demagógica y burguéses de hacer democracia y de pisotear el socialismo que nos hablaba nuestro Comandante Chávez, quien nos explicaba que en Socialismo todos teníamos las mismas oportunidades.
En este contexto del Socialismo dónde debe existir igualdad de condiciones para todos y también analizado semántica discursiva podemos afirmar que esto último, quedó demostrado en el programa transmitido por la Televisora Social TVes, dónde a todas luces se apreciaba un discurso yoyo, por parte de uno de los candidatos aspirante a la gobernación, y por el otro una disertación clara, sencilla, diáfana y más acordé con la realidad política y apegado al Socialismo de Chávez, en el primer caso, daba una sensación de individualismo, ausencia a todas luces de un verdadero liderazgo y reafirmación de lo que es un jefe. Para ello, es preciso tener en cuenta que existe una marcada diferencia entre un líder y un jefe. El líder propiamente dicho, es el que habla del nosotros, del trabajo en equipo, el jefe habla de Yo y reafirma su ego, el líder escucha, el jefe ordena, el líder gestiona más el jefe culpa, en fin allí les dejo una pequeña comparación de ambos términos.
Otro elemento bastante importante de evaluar es la alusión de los planes de gobierno, y uno comentaba que entre sus acciones de gobierno está la reparación de centros asistenciales que están dentro de una jurisdicción que le compete, ¿por qué luego de cuatro años es que se da cuenta que el principal nosocomio de las gemelas está en esas condiciones? y no me vengan con el cuento de que no es de mí competencia o que no cuentan con recursos para aportar un poquito y poner en conteste este hospital, o no será que con todo los gastos suntuosos, el despliegue y poderio publicitario que se ha demostrado, no se hubiese podido adelantar las reparaciones del centro de salud.
Esas son las cosas, estimados compatriotas que debemos sopesar y recordar lo que Chávez nos enseñó del punto y círculo, el cual fue un pensamiento sencillo, muy práctico, y hasta ingenioso que ideo Chávez para tratar fundamentalmente el impacto de los proyectos.
También nos hablaba de la indolencia y la mirada complaciente de algunos gobernantes ante proyectos de comunidades con necesidades básicas y que solo eran tomados en cuenta cuando van a buscar votos o en este caso a comprar conciencias.
Pero una frase bastante propicia para esta oportunidad, a propósito del título que inicia este artículo de la “democracia como mercancía”, Chávez nos decía, «No es lo mismo hablar de revolución democrática que de democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno conservador; el segundo es liberador», y a mi juicio en el primer caso oligarca.
Finalmente Camaradas, pregúntate sí ¿Chávez se parecía a un burguéses?, sí ¿Chávez compraría tu conciencia? o sí ¿convertiría la democracia en una mercancía?, Pregúntate Sí Chávez era un hombre de a pie y haría uso de todo ese despliegue publicitario para deslumbrarte a ti cuando un hospital necesita recursos?, Por eso te invito a llevar a Portuguesa a Puerto Seguro, a Remar en formación y a Remar hasta el triunfo con Castañeda, para decirle no a la burguesía, no a las coronas, no al ventajoso porque en Socialismo todos somos iguales y todos tenemos las mismas oportunidades.