La ausencia del tema educativo en los debates electorales no puede prolongarse. Hoy más que nunca es una prioridad. Si queremos transformar es esencial apelar a lo educativo. Las nuevas generaciones están ávidas de respuestas.

La realidad de nuestras sociedades cada día más convulsionadas y anárquicas, exigen generar escenarios consonos que le permita a la ciudadanía involucrarse en la mejora de lo educativo. Literalmente se requieren libros, pupitres, proyectos, ideas, acciones que revaloricen nuestra condición humana,cívica y ciudadana de cara a las exigencias del futuro.

El futuro de una localidad, debe verse valorada y reflejada sin complejos en lo educativo. A mi juicio sino no se percibe y califica de esta manera la generación de respuesta es lenta o peor aún inexistente.

Los servidores públicos debemos tener presente que la dinámica de nuestras comunidades ha variado en gran medida. Insistir en la valoración del tema educativo es una prioridad para el futuro y las oportunidades que podamos tener como sociedad. Negarse a ello es sepultar el futuro de la ciudadanía.

Para poder visionar es recomendable tener un norte claro, ese norte no surgirá por ósmosis, ni mucho menos de la improvisación, todo lo contrario, surgirá de la participación, del debate, integración y esfuerzo mancomunado que pueda producir de manera orientada desde la nueva gerencia para las fuerzas vivas organizadas de una sociedad.

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